NAVIDAD
Desde Francia hasta Estonia, pasando por Italia o Dinamarca, podrás entrar en calor con un vaso de vino caliente.
Alrededor de Europa existen muchos mercadillos navideños preciosos en los que perderse durante horas. Pasear entre casetas de madera iluminadas con luces y decoradas a la perfección para la ocasión, mientras suenan villancicos por los altavoces y se admiran las artesanías y los adornos que se venden, es todo un planazo durante las últimas semanas del año. Además, esto supone también la posibilidad de probar comidas y bebidas nuevas. Por ejemplo, el vino caliente tan típico del centro y el este de Europa.
En Francia, por ejemplo, es habitual tomar un vin chaud (vino caliente) para acompañar los platos de choucroutegarnie (chucrut con salchichas) o una baguette flambée (pan con crema y queso, además de otros ingredientes que pueden variar). Por su lado, en Alemania hay que pedir un glühwein, que se traduce como vino ardiente.
El glühwein puede encontrarse en todo el país: no importa el mercadillo navideño de Alemania que elijas, siempre podrás optar por pagar por uno de estos vinos humeantes que se sirven en tazas de porcelana. Eso sí, a poder ser, busca un puestecito en el que lo preparen ellos mismos; eso le dará un extra de calidad.
En Suiza llaman al vino caliente del mismo modo: glühwein. Y de nuevo, podrás encontrarlo allí donde vayas. En el mercadillo navideño de Lucerna, en el de Berna o en el de Zúrich, de nuevo esta es la bebida estrella. No solo porque está deliciosa, con su sabor dulzón y especiado, sino porque además te sirve para calentarte las manos al coger el vaso, algo que se agradece con las bajas temperaturas ambientales que hay en estas ciudades durante la Navidad.
Cabe señalar que en estas zonas, cuando hablamos de vino caliente, nos referimos a vino tinto. Pero según en qué mercadillo tomemos esta bebida podremos ver qué tiene sus peculiaridades. En los Alpes, y también en Italia, suele tener un cuerpo afrutado y lleva azúcar, clavo, naranja, canela y anís estrellado. Aunque hay rincones como el Veneto donde se mezcla con vino blanco.
En los países escandinavos, por su lado, esta bebida que calienta el cuerpo e inunda las fosas nasales con su aroma dulzón en todos los mercadillos de Navidad suele llevar un toque de vodka. Y tanto allí, como en cualquier otra parte de Europa, se sirve caliente pero sin dejar que hierva, de modo que no se puede evaporar el alcohol.
Ahora que hemos hecho mención al vino caliente de los países nórdicos, es momento de explicar que allí se le conoce como Glögg, gløgg o glögi. Se asocia sobre todo a Suecia, aunque también se prepara en Dinamarca, Estonia, Finlandia y Noruega, y aunque es típico de toda la temporada invernal, de nuevo se consume especialmente durante la Navidad.
Por último, quizá te interese saber que el Glögg pueden probarlo, a veces, los niños. Y es que existe una versión de la receta que se prepara sin alcohol, utilizando en su lugar zumos de bayas o frutas. Seguro que a ellos también les hace ilusión probar esta bebida tan típica de los mercados navideños.