4 días en Lanzarote: naturaleza en estado puro

Lanzarote es una de las islas más famosas de las Canarias y no es de extrañar, pues es todo un paraíso natural. Tiene apenas 845,94 km², pero está repleta de lugares por descubrir. Así, es posible que cuatro días se queden algo cortos, pero sin duda es tiempo suficiente para descubrir lo imprescindible.

El primer día, por ejemplo, se puede visitar el Parque Nacional del Timanfaya. Se trata de un espacio natural protegido de origen volcánico que cuenta con más de 25 volcanes. Entre ellos, destacan la Montaña Rajada, la Caldera del Corazoncillo o las Montañas del Fuego. Aunque cabe apuntar que la última erupción se produjo en el año 1824, es una zona en la que todavía hay actividad. De este modo, no solamente hay puntos en que la tierra alcanza los 120ºC, sino que también se pueden ver demostraciones de géisers.

La ruta puede seguir en Teguise, uno de los pueblos más bellos de toda la isla. Sus casitas son de color blanco y entre sus calles hay muchas tiendecitas de artesanías en las que hacerse con algún recuerdo del viaje. Sin embargo, no es el lugar ideal para terminar el día. Es mucho mejor hacerlo en la playa de Famara, pues desde allí se pueden ver unas puestas de sol increíbles.

El segundo día se puede comenzar visitando Los Hervideros. Se trata de un rincón en la localidad de Yaiza donde el agua parece hervir cuando choca contra la costa. Una costa formada a base de lava muy antigua, hoy convertida en roca oscura. Una costa en la que, además, se puede pasear siguiendo varias rutas.

La siguiente parada en el itinerario puede ser el Charco Verde, una laguna situada junto al mar dentro del parque natural de los Volcanes. Y después podría ser el momento ideal de acercarse a Arrecife, la capital de Lanzarote. Si bien es una ciudad pequeña, cuenta con algunos rinconcitos llenos de encanto, como el puerto.

Para el tercer día puede ser un buen punto de partida la Cueva de los Verdes, sin lugar a dudas uno de los lugares más famosos de esta isla del archipiélago canario. Pero además, hay tiempo suficiente para visitar los conocidos Jameos del Agua y pasear por el Jardín de los Cactus. También para visitar el volcán el Cuervo.

Finalmente, el último día en Lanzarote puede ser una buena idea visitar el pueblo Haria. Está cerca de los Jameos del Agua, así que quizá se pueden ver ambas cosas seguidas. Pero si no, se le puede dedicar la mañana. Por la tarde, puede añadirse a la ruta una parada en el mirador de Guinate y otra en alguna de las mejores playas de Lanzarote, como por ejemplo la playa del Papagayo o la playa de las Conchas.