EN PAREJA
Que el Día de los Enamorados se celebre en febrero tiende a enfriar los viajes, algo a lo que en Innsbruck saben sacar partido.
En Innsbruck están INN’LOVE y se postulan como destino romántico del año a pesar del frío y la nieve… o tal vez por eso porque hay experiencias de lo más romántico que sólo pueden disfrutarse en un lugar de nieve y frío como esta localidad suiza. ¿De qué clase de experiencias hablamos? Las hay para todos los gustos (o casi) y para todos los momentos del día: empezamos descubriendo los senderos nevados de Innsbruck, después nos recuperamos en una sauna o un spa, la velada la dedicamos a a disfrutar de la danza y, al llegar la noche… nos vamos a dormir a un iglú.
[[H2:Paseos románticos… y nevados]]
El senderismo también puede ser romántico, lo es de hecho si caminas en pareja y en un entorno tan espectacular como los paisajes nevados de montaña en Innsbruck; hay hasta 67 kilómetros de senderos de invierno perfectamente señalizados; puedes elegir rutas muy fáciles u otras de mayor dificultad, también puedes optar por pasear libremente o contratar una excursión guiada por algún guía de montaña local para no perderte nada de este espectacular entorno.
No se nos ocurre mejor experiencia romántica, especialmente en un lugar helado como Innsbruck, que una que tenga que ver con el bienestar: en la ciudad no faltan hoteles con spa y sauna propios que ofrecen, además, magníficos tratamientos de belleza, masajes e incluso, si eres un deportista empedernido, programas de fitness y otras actividades.
Los amantes del turismo cultural no querrán perderse el primer Festival de Danza de Inverno de Innsbruck, se celebra del 9 al 18 de febrero y, en medio, el día de los enamorados ¿qué mejor modo de celebrarlo que gozando de una velada de danza? Además este año el protagonismo del festival será de la danza y música cubana con la producción ‘Lágrimas Negras’, que cuenta la historia de la famosa familia de músicos cubanos Valdés.
Es una experiencia ideal para los amantes de la nieve y el hielo o de los hoteles peculiares y es que hablamos de hacer noche en uno de los iglús del pueblo iglú Kühtai; se trata de un hotel de nieve y hielo al que no le falta de nada, ni siquiera calidez porque cuenta con sauna propia y sirve, además, una sabrosa fondue de queso suizo en su restaurante.