EN MOTO
Bélgica es un país pequeño por lo que la idea de recorrerlo en moto, especialmente en verano, es muy atractiva, más si cabe si nos limitamos a su zona sur, a la Región Valona.
Bélgica cabe en poco más de 35.000 kilómetros cuadrados (España supera los 500.000...) y en ese espacio de tierra viven algo más de 11 millones y medio de personas; Bélgica es el país de Bruselas, algo así como el centro neurálgico de la Unión Europea, y es también el país de Amberes, la que fuera la capital del mundo en lo que a los diamantes se refiere; el país se organiza en solo tres regiones: la Región Flamenca que es la más densamente poblada y de lengua neerlandesa, la Región Valona, la mayor en superficie y donde la lengua mayoritaria es el francés aunque también hay una comunidad de habla alemana, y Bruselas-Capital cuyas lenguas oficiales son el francés y el neerlandés.
Nos vamos a la Región Valona, a Valonia, y no sólo porque sea la más grande de Bélgica sino porque su orografía, su naturaleza y sus carreteras conforman un escenario ideal para recorrerlo en moto, especialmente en verano porque los paisajes se disfrutan más y mejor, también los pueblos más hermosos de la región. Te proponemos cinco rutas que son en realidad una gran ruta circular que empieza y termina en Mons y que puede hacerse no sólo en moto, también en coche:
Mons marca el inicio de una ruta de 200 kilómetros que nos lleva hasta Chimay y nos permite acercarnos a uno de los pueblos más pintorescos de Bélgica, Aubechies, famoso por su arquitectura tradicional de teja y ladrillo rojo; además esta ruta nos permite también conocer el campo de batalla de Waterloo donde fue derrotado Napoleón y disfrutar de un refrescante día en los Lagos de Eau d'Heure además de visita rel Castillo de Beloeil, popularmente conocido como el Versalles belga).
Lo que no puedes dejar de hacer en Chimay, especialmente siendo fin de ruta, es decir, que ya has aparcado la moto hasta el día siguiente: catar las cervezas trapenses.
160 kilómetros separan Chimay de Bouillon y a la hora de recorrerlos resulta imprescindible parar en Laforet, el pueblo valón que, hasta el S.XIX, se dedicó al cultivo de tabaco; sus casas son preciosas gracias a sus puertas y ventanas de madera, piedra o ladrillo, también es de visita y foto obligada el Pont de Claies, un puente trenzado de cañizos que se construye cada verano para cruzar el río Semois.
Esta ruta cuenta con su propia parada relacionada con la cerveza: la Brasserie des Fagnes, donde se elaboran más de 50 tipos de cerveza al año (cambian de tipo y aroma según la estación). Tampoco puede partir al día siguiente sin visitar la fortaleza milenaria de Bouillon por la noche...De Bouillon nos vamos a La Roche-en-Ardenne y lo hacemos parando en Chassepierre, una localidad convertida en paraíso de artistas en la que te llamarán la atención las residencias de los S.XVIII y XIX, la iglesia de Saint Martin con su cementerio y su antiguo molino y las galerías subterráneas ubicadas bajo la iglesia municipal. Chassepierre está a mitad de ruta, lo cual hace su parada de lo más cómodo, por lo demás disfrutarás del paisaje durante el camino de forma notable porque se trata de un auténtico escenario natural y verde.
Sí, en esta ruta también hay cerveza: la descubrirás en la abadía cisterciense de Orval que no solo ha sido declarada patrimonio excepcional en lo arquitectónico sino que elabora su propia cerveza trapense.
Esta ruta no solo nos permite conocer las famosas Ardenas belgas sino visitar localidades tan notables como La Roche-en-Ardenne y Bastoña; de parada obligada es la Abadía de Stavelot y, como motero, tampoco podrás evitar detenerte en Spa-Francorchamps, uno de los circuitos más famosos del mundo. Esta ruta termina en Spa, una ciudad mundialmente conocida por sus termas (así que ya sabes dónde terminarás el día...).
Antes de partir rumbo a Mons tendrás que recorrer Spa con un poco del calma, estás en una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ¿ya en marcha? Sí, pero pasando por las Grutas de Remouchamps, parando en Durbuy, que es la ciudad más pequeña del mundo y probablemente la más encantadora gracias a sus jardines, también en la Ciudadela de Dinant y por supuesto en Sosoye, uno de los pueblos más bonitos de Valonia.
Y, antes de llegar a Mons (que es uno de los pueblos más folclóricos de Valonia) otra parada motera: el Circuito Jules Tacheny.