El próximo jueves 21 de enero tenemos una cita en Viena. Y todo porque a las siete de la tarde de ese día se abrirán las puertas de la Wiener Eistraum, un festival de patinaje y hielo como no hay igual en toda Europa, en la que una enorme pista de hielo presidida por una cabaña de montaña hará las delicias de todos.
El lugar de encuentro en frente al Ayuntamiento de la capital, en la famosa Ringstrasse. Hasta el 6 de marzo, de 9 a 22 h., los amantes del patinaje sobre hielo podrán disfrutar de una gran área de actividades, con una gran pista situada frente al edificio municipal. Pero no solo de esto. La cabaña cuenta con una terraza con vistas panorámicas, y el complejo se completa con hasta ocho pistas de curling, un deporte no muy practicado en España pero que asegura diversión y risas entre amigos que quieran empezar a intentar de qué va ese juego de escobas y piedras que se deslizan por la pista.
Además, se han acondicionado los llamados Traumpfaden (senderos de ensueño), los sinuosos caminos que surcan el Rathauspark, el gran parque de la ciudad y que se encuentra a pocos pasos del Ayuntamiento.
Este año, el Wiener Eistraum es, como suele ser habitual, un poco más grande. Con 8.000 m² de superficie helada, el área de este evento vuelve a aumentar. Son 1.000 m² más que el año pasado, un aforo, el de 2015, que se vio completamente desbordado por el gran interés afluencia que tuvo de público. De hecho, se contabilizaron 700.000 visitantes (el interés era tal que incluso las pistas de curling se quedaron cortas, de ahí que este año sean tantas).
Los principiantes tienen a su disposición una pista de hielo de 550 m² para practicar, abierta todo el día los fines de semana y de las 9 a las 16.00 h. de lunes a viernes. Entre semana, a partir de las cinco de la tarde, en esa misma área, se instalan las pistas de curling. Todos los patinadores disponen de 600 taquillas donde pueden dejar los zapatos y las prendas de abrigo que no necesiten. Asimismo, se prestan 2.000 pares de patines precalentados con aire caliente, de la talla 23 a la 52, para los que no puedan desplazarse hasta allí con los suyos. Además, los más pequeños también pueden usar uno de los 300 cascos disponibles sin coste alguno.
Sin duda, la estrella en los descansos será la cabaña. Se ha construida una auténtica casa austriaca de montaña. Invita a hacer una pausa y a tomar un tentempié, especialmente durante las tardes que haga sol, pues será entonces cuando podamos descansar en la terraza y contemplar el trajín de la pista de patinaje.
Luego, nada como pasear por la Ringstrasse, una calle anular, como su nombre indica, que rodea el centro de Viena y que a ambos lados tiene edificios significativos. Auténtico baluarte de la arquitectura de finales del siglo XIX, es el resultado del desmantelamiento de la antigua muralla medieval de la ciudad, en una época en la que las grandes familias no perdieron tiempo en levantar allí sus palacios residenciales. El Parlamento, la Ópera, el palacio Epstein o el Teatro de la Ciudad son solo algunos de los lugares que no te puedes perder, además del Ayuntamiento y su plaza de hielo.
El año pasado se cumplieron los 150 años de la Ringstrasse, inaugurada oficialmente el 1 de mayo de 1865. Desde entonces, como se puede comprobar en la Reistraum, no ha dejado de ser el auténtico epicentro de la vida burguesa de ocio de Viena.
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