HOTEL PARTICULAR
Todo viajero tiene una lista y quien diga que no, miente. Hablamos de aquellas personas a las que les apasiona viajar, que sienten en su interior el famoso wanderlust, término alemán que hace referencia a esas ganas inexplicables e incontrolables de viajar y conocer el mundo. Una palabra para la cual no hay traducción exacta en castellano y debería inventarse. Ellos, los verdaderos viajeros, a los que no les importa tener 15 minutos para hacer la maleta vayan al destino que vayan, a los que ni el frío ni el calor les detiene, y para los que la mayor satisfacción es gastarse parte de los ahorros en hacer un viaje inolvidable, saben de lo que hablamos.
La famosa lista incluye lugares de obligada visita, países a los que hay que desplazarse y ciudades que hay que conocer a lo largo de la vida. También incluye experiencias relacionadas con el mero de hecho de viajar, como por ejemplo montar en un helicóptero, sentir el vértigo de encontrarse en uno de los rascacielos más altos del mundo o escuchar el eco de su voz al gritar en un paraje desconocido y de una belleza inmensa. Varía según personalidades y gustos pero, si todavía no conoces el hotel Airplane Suite, es hora de que le eches un vistazo porque quizás quieras incluirlo en tu lista de cosas por hacer.
Aquellos amantes de los aviones ya sabrán que hay varios hoteles de este tipo pero este es uno de los más sorprendentes ya que tiene 40 metros de largo y está estacionado en medio del aeropuerto de Teuge, en Holanda, por lo que el ambiente acompaña. Como si de un avión que va a despegar el vuelo en cualquier momento se tratara, Airplane Suite se encuentra al lado de una pista de aterrizaje del aeropuerto y fue construido en 1960, por lo que durante estas décadas ha acumulado varias historias, como el hecho de haber sido un avión del gobierno. Todo ello solo acentúa su misterio y hace que la experiencia de dormir en él sea aún más fascinante.
Es un avión Ilyushin 18 y en sus primeros años transportó a los mejores perros del gobierno, mientras que entre 1964 y 1986 la compañía aérea alemana Interlug lo utilizó para hacer vuelos comerciales a Rusia, Cuba, China y Vietnam. En él volaban 120 pasajeros y posteriormente se convirtió en un restaurante hasta que en el año 2007 fue comprado por Hotel Suites. Un hotel que ha sabido reinventarse con el paso del tiempo y que sigue siendo perfecto para dormir en él. Dentro del avión, una gran habitación de hotel para dos personas, puedes encontrar un jacuzzi y todo tipo de comodidades, desde una sauna de infrarrojos hasta un mini bar con todo lo necesario, un microondas, televisiones de pantalla plana, reproductor de DVD, cafetera, wifi y estancias muy confortables.
Dormir en primera clase es tan sencillo como reservar una noche en el Airplane Suite. Su ubicación resulta perfecta para visitar la reserva natural de Veluwe o el spa Thermen Bussloo, en cuyos alrededores se puede pescar, hacer senderismo, nadar, pasear a caballo o jugar al golf, y también para aquellos viajeros que aterricen en el aeropuerto de Teuge y quieran vivir una noche inolvidable sin tener que desplazarse. Otra alternativa que ofrece es que en el avión se pueden realizar reuniones, ya que tiene una capacidad para entre diez y quince personas.
El precio de la noche ronda los 350 euros para dos personas, con desayuno incluido, pudiéndose contratar servicios adicionales como excursiones en helicóptero, una botella de champán u otro tipo de actividades.
Un hotel que merece la pena conocer como viajero porque, ¿cuántas veces te has subido a un avión?, ¿y a que nunca has podido dormir en él más que el trayecto que dura el viaje?