ritos ancestrales en togo
El origen del vudú hay que encontrarlo en África. Aunque a ciencia cierta no se sabe cómo comenzó, hay historiadores que afirman tener una antigüedad de más de 10.000 años, especialmente en la zona del golfo de Benín, la franja que va desde Ghana a Nigeria, gracias a las tribus Fon, Yoruba y Ewe. Fue la esclavización de estos pueblos y su traslado forzoso a América la que permitió la difusión de las costumbres de vudú, que se fusionaron entre sí dando lugar a una práctica más homogénea.
A pesar de lo que se cree, el vudú nació como una religión que buscaba sanar espiritualmente, una esencia que no se ha perdido en el continente negro, en una búsqueda constante por la sabiduría a través de un nivel superior de conciencia. La práctica sigue activa, incluso en Estados Unidos (se calcula que el 15 % de la población actual de Nueva Orleans es adoradora del vudú).
Pero es en África donde sigue siendo especialmente importante. Se pone de manifiesto en lugares como Lomé, la capital de Togo. Allí se encuentra uno de los mercados más inquietantes y únicos del mundo: el de Akodessewa. Se trata del mercado de fetiches más grande del planeta y en él es posible encontrar todo tipo de talismanes del mundo del vudú, ingredientes para pócimas y ungüentos, así como todo tipo de reliquias.
¿Que quieres una cabeza de cocodrilo? Allí la encontrarás, justo al lado de las cabezas de monos de todo tipo de especies, caparazones de tortugas, manos de chimpancé, cobras y huesos, muchos, de todo tipo de animales.
Es posible encontrar los ingredientes molidos, pero también disecados, tal cual. Incluso hay veces que se pueden obtener ya preparados en combinación con otros ingredientes y cocinados al fuego, listos para ser untados y utilizados en diferentes ritos, sobre todo medicinales. No hay quien tacha a Akodessewa de ser la ‘farmacia’ más surrealista y tétrica del mundo.
Más allá de su uso para prácticas vudú, lo cierto es que este mercado es único en todos los sentidos. Encontrar una pata de elefante disecada junto a cientos de calaveras y al lado de una montaña de cuernos de búfalo es solo una de sus estampas. Y no faltan pieles de todo tipo de felinos, bien para confeccionar alguna prenda o solo como recuerdo. Un escenario en el que se regatea y se compra como en cualquier otro mercado tradicional africano.
Si te interesa conocerlo, solo tienes que ir a Lomé. El mercado está a ocho kilómetros de la capital y algunos lo conocen como 'el mercado de los hechiceros'. Es una de las principales atracciones de la capital, por lo que no será difícil llegar. Eso sí, recuerda que en Togo no hay autobuses, sino taxis colectivos, que funcionan como un bus, con tarifas fijas; o los taxis normales, negociando el precio de la carrera. También tienes taxis-moto, que le darán un toque diferente al viaje.
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Turismo de Togo