JAPÓN
La belleza natural de Japón es ahora más Patrimonio de la Humanidad que nunca.
La UNESCO acaba de reconocer que las islas de Amami Oshima, Tokunoshima e Iriomote, además de Yanbaru que es la parte norte de la isla de Okinawa, son Patrimonio Mundial Natural ¿por qué? Porque son espacios naturales de importancia esencial para la conservación de la biodiversidad pues en ellos habitan especies autóctonas y únicas como el conejo de Amami o el gato de Iriomote, este último es una especie de leopardo en peligro de extinción. ¿Qué tienen, además, de especial cada uno de estos espacios? Te lo contamos.
Isla de Tokunoshima
Esta bellísima isla te enamorará por sus playas, algunas de las cuales esconden cuevas con vistas al mar, y también por sus arrecifes de coral; la playa del Príncipe Aze es, probablemente, la más famosa de la isla, la de Innojofuta es ideal para los amantes de las cuevas y la de Mushiroze es de visita obligada porque la fama de sus piedras planas le precede.
Isla de Amami Oshima
Las playas de arena blanca y aguas transparentes de esta isla son paradisíacas, cuenta además con espectaculares arrecifes de coral en sus costas que la convierten en un destino de primer nivel para amantes del esnórquel y el submarinismo; tierra adentro la de Amami Oshima es una isla verde y boscosa, guarda de hecho el segundo bosque de manglares más grande de Japón, un lugar imperdible para quienes disfrutan del avistamiento de aves.
Isla de Iriomote
Es una isla popular por sus paisajes tropicales, sus cascadas y sus manglares, es la isla más grande de la prefectura de Okinawa tras la propia isla de Okinawa; es una isla que lo tiene todo: playas paradisíacas en sus costas y un interior verde y tropical ideal para los amantes del senderismo y también de los paseos en kayak o en crucero, recorridos acuáticos estos últimos que se realizan navegando los ríos interiores de la isla.
Además de estas tres islas el norte de Okinawa también ha sido objeto de atenció por parte de la UNESCO por su riqueza natural ¿a razón de qué? el motivo principal han sido los manglares del río Gesashi porque en ellos viven especies autóctonas únicas como el rascón de Okinawa, un pájaro pequeño, de pico anaranjado y no volador que solo se encuentra en esta zona de Japón y que está actualmente en peligro de extinción.
Más información en Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)