Asia
Un refugio en la cumbre de una colina repleta de exuberante vegetación, un refugio volcado hacia el estrecho de Lombok, un refugio en uno de los reinos más tradicionales de Bali, Karangasem, un refugio rodeado de playas salvajes. Es Amankila, la Colina tranquila, uno de los exclusivos refugios de la cadena Aman en Indonesia. Un resort perfectamente integrado en el exuberante entorno, un placer para los sentidos que invita al descanso. En él se aúnan las fragancias de los frangipanis con las espectaculares vistas de la inmensidad del océano. Tras recorrer una serpenteante carretera, ya de entrada impacta su lobby, núcleo vital del resort que imprime personalidad con su espectacular piscina de tres alturas que parece suspendida sobre el mar. Sus suites, con sus altos techos de paja son un reflejo de la arquitectura balinesa, concebidas como los antiguos balnearios y realizadas con materiales tradicionales respetuosos con el medioambiente. Asentadas sobre el acantilado y enlazadas entre sí por pasarelas, son totalmente independientes y superpuestas en terrazas en las que el azul del mar penetra a través de los amplios ventanales del dormitorio. En la base del acantilado, en una playa privada rodeada de cocoteros se encuentra el Beach Club que cuenta con otra piscina y restaurante. Pero no todo es relax en este entorno romántico, ofrecen diversas actividades: buceo por sus increíbles jardines de coral a lo largo de la costa o recorridos en bicicleta por sus frondosas montañas. Los que prefieren cultivar su espíritu tienen excursiones a los templos y a los impactantes palacios de agua más cercanos. Los curiosos que quieren palpar el día a día de sus gentes se pueden acercar a Manggis, Candi Dasa o Tenganan. Pueblos de pescadores, de cultivos tradicionales, de bulliciosos mercados en los que todavía se pueden observar antiguos oficios que han pasado de generación en generación.