Arco de triunfo del Castel Nuovo de Nápoles: esta es su sorprendente historia

No es ningún secreto que el Castel Nuovo es uno de los monumentos más espectaculares que podemos encontrar en Nápoles, pero también uno de los que más relación guarda con España. Se construyó en el siglo XIV por los angevinos, para reforzar su dominio en esta zona.

Tan solo un siglo después se decidió hacer una intensa renovación, cuyos cambios fueron ordenados por Alfonso V de Aragón. En este marco, se tomó la decisión de construir el conocido como arco del triunfo de Alfonso V. Este monarca no solamente destacaba por ser muy aficionado a los libros, sino que estaba profundamente enamorado de Italia.

Por aquel entonces muchas eran las cortes palaciegas que brillaban en ciudades como Rimini, Florencia, Venecia y Milán. Alfonso V quería que Nápoles estuviera en esa prestigiosa lista a través del Castel Nuovo. Hizo una serie de modificaciones, hasta tal punto de diseñar una pequeña ciudadela que fuera abierta al mar pero cerrada a la ciudad. Y, sobre todo, tremendamente protegida.

Pero uno de los puntos fuertes, arquitectónicamente hablando, es el arco del triunfo. Debemos tener en cuenta que los hombres del Renacimiento tenían como grandes referentes a diversos héroes de la antigüedad grecolatina, por lo que Alfonso V no iba a ser menos. De ahí que mandara construir, entre dos torreones de este Castel Nuovo, un arco que hace que esta edificación sea única.

Se trata de una manera de ensalzar la nueva dinastía, pero también una manera de recuperar ciertos valores de carácter clásico. El proyecto lo comenzó Guillem Segrera y, cuando murió, le sustituyó Francesco Laurana. Este fue el autor del espectacular Palacio Ducal que se encuentra en Urbino.

Debemos tener en cuenta que Alfonso V siempre había soñado con convertirse en el rey de Italia. De ahí que en este monumento, tan suyo, la piedra reflejara una triunfal entrada a la ciudad, como si de Augusto o el mismísimo Julio Cesar se tratase.

En esa fachada podemos encontrar, sin duda, todo el Renacimiento reflejado, desde el uso del arco triunfal hasta la procesión que nos recuerda a las Panateneas del Partenón pasando por los dioses fluviales del frontón curvo o el realismo de la escultura. Un gesto que llama mucho la atención y que hace referencia al rey de Aragón es que este arco no está coronado por Apolo o Marte, sino que es San Miguel. Un monumento absolutamente espectacular que debes descubrir si decides visitar el Castel Nuovo de Nápoles.