Europa
El artista austriaco Friedensreich Hundertwasser concebía la existencia como una forma de vivir en armonía con la naturaleza, y es precisamente este espíritu, el que le acompañó la mayor parte de su trayectoria vital y también profesional. Un concepto claro, conciso y muy dinámico que le permitió diseñar algunas de sus obras más destacadas. Comenzó su carrera como pintor, volviéndose luego ecologista y también arquitecto. Y la mayor parte de sus ideas las llevaba siempre a cuestas en su maleta, con la que viajaba de país en país. Corría el año 1968 cuando Robert Rogner fundó su compañía y comenzó a crear complejos hoteleros para atraer a los turistas. Desde entonces el negocio se ha mantenido en manos de la familia, adaptando todos y cada uno de sus hoteles a la cultura, clima, tradición e incluso economía del lugar en el que quieren establecer el hotel. Uno de los más sorprendentes, sin duda alguna, es el Rogner Bad Blumau, un alojamiento increíblemente integrado en la naturaleza, que la respeta, se adapta a ella. Y para conseguir un efecto tan llamativo como el que hoy en día presenta, ¿qué mejor forma que otorgarle su característica estética a través de la obra de un artista?. Así fue como surgió la colaboración con Friedensreich Hundertwasser. Situado en la parte sureste de Austria, se encuentra este excepcional y original hotel. El Rogner Bad Blumau Hotel & Spa, es un alojamiento único que sorprende desde fuera, pero no deja indiferente desde dentro. Está rodeado de agradables colinas verdes, creando en su entorno un paisaje excepcional del que merece la pena disfrutar sin mirar ni una vez el reloj. En este alojamiento la palabra bienestar cobra su más extenso significado. Es de estilo contemporáneo, pero en el proyecto no se han concebido prácticamente las líneas rectas. Visto objetivamente, desde fuera parece que su autor, el afamado Friedensreich Hundertwasser, se lo ha sacado de la imaginación trazo a trazo, convirtiendo una simple idea en una realidad de la que pueden disfrutar decenas de personas al día. El hotel fluye entre las colinas, asomándose a ellas teñido de diferentes tonos y colores. De esta forma, crea un espectáculo visual que merece la pena contemplar. En ocasiones hay quienes opinan que en el Rogner Bad Blumau Hotel & Spa, además de un verdadero lujo es un viaje a un país de ensueño, en el que todo es posible, desde construcciones asimétricas a nuestro antojo hasta una combinación de materiales que crea efectos ópticos muy atractivos. El Rogner Bad Blumau tiene habitaciones que contrastan con los azulejos exteriores. Son modernas y algunas incluso se encuentran bajo tierra, de ahí sus frescas temperaturas durante verano. Está dividido en varios edificios que se unen de forma armónica, mezclando colores brillantes con restaurantes y zonas para darse un paseo y para coger aire y fuerzas, que a fin de cuentas es uno de los mayores beneficios de alojarse en este establecimiento. En el Spa se pueden recibir tratamientos de todo tipo, desde masajes relajantes a tratamientos altamente beneficiosos para la salud. La clave se encuentra en las aguas termales que rodean la zona, las cuales provienen de origen volcánico y se utilizan para que los clientes disfruten de sus propiedades y pueda notarlas en su cuerpo y piel.