México
Ciudad de México es un lugar verdaderamente fascinante, que representa a la perfección la más pura esencia de este mágico país pero, ¿te atreverías a descubrir esta ciudad a través de los ojos de Frida Kahlo?
El pasado y el presente se convergen, en una manera muy fina, en la Ciudad de México. Mucho más que en el resto del mundo. La dinámica cultural de este rincón evoluciona de manera constante, a la par que van recuperando toda su magnífica historia. Desde el arte a la arquitectura, pasando por la gastronomía. Todo va ligado a esas raíces indígenas de México, pero también por la influencia colonial así como el movimiento moderno.
Dentro de toda esta dinámica podemos encontrar, sin lugar a dudas, a Frida Kahlo. Se trata de todo un símbolo de la cultura y, por supuesto, una grandísima artista ya que sus obras retrataban su ser más íntimo. Tanto es así que logró convertirse, de manera inevitable, en todo un icono de la más pura identidad mexicana. Por ese mismo motivo, queremos descubrir la Ciudad de México a través de sus ojos. ¿Comenzamos el viaje?
Zócalo o Plaza de la Constitución
Inevitablemente tenemos que empezar aquí. Es una plaza sencillamente espectacular, rodeada por el Palacio Nacional o, incluso, la Catedral Metropolitana. Ésta última es considerada como el centro de la ciudad de Tenochititlan (capital del Imperio mexica). Frida pasaba por allí día tras día, de camino a la escuela.
Si nos remontamos al pasado, debemos tener en cuenta que Hernán Cortés hizo todo lo que estaba en su mano para borrar todo rastro de templos aztecas. Todo con el fin de construir Nueva España. A pesar de lo ocurrido, el Templo Mayor, ubicado junto a la catedral, se mantuvo en pie. Aún sigue dándonos sorpresas puesto que hace unos cuantos años, durante unas obras, se descubrió un disco de piedra de más de 3 metros de diámetro. Lejos de que quedase ahí, se apreciaba una imagen de la diosa mexica Coyolxauhqui reflejada. Eso hizo que muchos especialistas comenzaran a excavar, encontrando numerosas reliquias y objetos que daban datos de ese pasado que se quiso robar.
Tampoco podemos olvidarnos de la Catedral Metropolitana puesto que es la más grande de todas las Américas. Su obra comenzó en 1573 y llegó a prolongarse durante todo el periodo colonial. Cuando estamos ante una población en la que el 82% es católica, es obvio decir que tanto el Templo Mayor y la Catedral Metropolitana son claro ejemplo de la cultura arraigada a esta historia tan especial.
Como dato a tener en cuenta, Frida Kahlo comenzó su educación secundaria sobre 1922, bastante cerca de El Zócalo. Lo que ahora es el Antiguo Colegio de San Ildefonso, antes era la Escuela Nacional Preparatoria. Frida fue una de las 35 niñas en un colegio de unos 2.000 alumnos, aproximadamente. En ese lugar, Diego Rivera (con quien Kahlo se casaría poco después) pintó su primer mural. Allí se inició el conocidísimo movimiento muralista mexicano.
Frida Kahlo vio a Diego Rivera crear su primer muralistas
El de 'La creación', en el mismo Anfiteatro Simón Bolívar de esa escuela. Este mural era un encargo realizado por el gobierno de México poco después de la revolución. ¿Cuál era su objetivo? Educar a todas las masas, muchas de ellas analfabetas, a través de una crónica visual tanto política como histórica.
Por ese mismo motivo, tanto en el Palacio Nacional y el Palacio Bellas Artes (lugar donde se instaló la capilla ardiente de Frida Kahlo) tenía grandes obras de Diego Rivera, así como de otros muralistas famosos como David Alfaro Siqueiros o, incluso, José Clemente Orozco.
Frida, “forzada a pintar”
Debemos tener en cuenta que en 1925, de camino a la escuela, sufrió un terrible accidente que casi acaba con su vida. Así pues, fue forzada a hacer reposo en su cama durante todo un año como consecuencia de esas terribles heridas. Es entonces cuando Kahlo quiso que colgaran un espejo sobre su cama y así comenzó a pintar.
Aprovechó todo ese tiempo para crear y, una vez pudo volver a andar, visitó a Diego Rivera para mostrar todos y cada uno de sus cuadros. Quería saber su opinión. Él, por aquel entonces, trabajaba en la realización de un mural para la Secretaría de Educación Pública (al norte de San Ildefonso). Frida Kahlo tan solo tenía 21 años cuando visitó por primera vez el estudio de Rivera y de ese fortuito e inesperado encuentro surgió una relación sentimental. Tan solo un año después, Frida Kahlo y Diego Rivera decidieron contraer matrimonio en Coyoacán (barrio de la Ciudad de México), cuando él tenía 43 años y ella tan solo 22 años.
Coyoacán, parte importante en esta historia
Este es el barrio de la Ciudad de México donde Frida pasó prácticamente toda su vida. En la famosa “Casa Azul” fue donde la joven nació, creció y hasta murió. Ahora esta hacienda azulada se encuentra el Museo Frida Kahlo donde podrás encontrar un gran número de objetos personales, así como su vestuario y hasta fotografías de su padre, Guillermo Kahlo.
Él tuvo que emigrar a Alemania en 1891. La madre, Matilde Calderón y González, se trataba de una mujer muy religiosa y procedente de Oaxaca. De ahí que el vestuario de Frida Kahlo fuera tan cuidado y transmitiera tanto de su expresión creativa. El conocido como “tehuana” (traje tradicional de Tehuantepec, sur de Oaxaca) que siempre llevaba “ocultaba su cuerpo roto”.
A su vez, estaba vinculado con los indígenas de Oaxaca que no solamente era la tierra de su madre, sino que se trataba de un lugar regido por una sociedad absolutamente matriarcal. De ahí que ese traje tradicional sea un auténtico símbolo tanto del poder como de la independencia femenina.