RECIÉN INAUGURADO EN OTEMACHI
Estamos acostumbrados a ver hoteles muy especiales en Japón, pero nunca hasta ahora se habían atrevido a inaugurar un ryokan tradicional dentro de uno de los edificios gigantescos del distrito financiero. No te pierdas el nuevo Hoshinoya Tokyo.
El ryokan es el hotel tradicional japonés y, para muchos viajeros, no hay nada como alojarse en uno de ellos para experimentar por uno mismo la autenticidad del Japón milenario. Los hay por todo el país y, siguiendo el esquema de las casas clásicas japonesas, se han adaptado a la era moderna sin perder el encanto que los caracteriza.
Lo habitual es que el suelo sea de tatami y, por tanto, es necesario dejar el calzado en la entrada, en una zona con suelo de madera, y estar todo el tiempo descalzo. Luego, lashabitaciones suelen ser despejadas y ordenadas, con una mesita muy baja, alguna silla tradicional (sin patas), para los que prefieren no sentarse directamente sobre sus piernas. Eso sí, algunos cuentan también con butacas o sillas de las que solemos usar normalmente en Occidente.
Claro que lo que llama más la atención es que no haya cristales, sino papel de arroz en las ventanas, que son correderas. Además, claro, no hay camas, sino futones, que suelen estar además guardados en los armarios de la habitación y no directamente sobre el suelo, del mismo modo que las almohadas. Muchas veces, el propio servicio del hotel se encarga de extender y preparar los futones antes de que vayamos a irnos a dormir.
Esta estampa es clásica por todo el país. Sin embargo, había una zona que, hasta ahora, carecía de hoteles ryokan: el centro financiero de Tokio. Allí lo que se estila son los gigantescos hoteles ocupando rascacielos imponentes. Claro que eso ha sido hasta ahora.
Acaba de abrir sus puertas el Hoshinoya Tokyo, el primer ryokan ubicado en uno de los rascacielos de Otemachi, una de las zonas financieras de la capital japonesa. La única diferencia con respecto a sus homólogos de otras partes del país, además de la altura y las vistas, es que se ha repartido por 17 plantas. Y todo ello sin perder la atmósfera clásica del mismo. Además, en cada planta hay una zona común donde se puede disfrutar de un té y una buena charla.
La decoración en las habitaciones también es la clásica, con suelo de tatami, armarios fabricados con bambú y puertas correderas shoji.
En lo que sí se acerca más a los hoteles de Tokio es a la importancia que han dado a la gastronomía. En cualquier momento del día se pueden comer los platos del chef Noriyuki Hamada, que ha creado allí un espacio gastronómico dedicado a la cocina tradicional japonesa con productos de temporada.
El Hoshinoya Tokyo, a apenas 10 minutos andando de la estación Central de Tokio, ofrece a sus huéspedes la posibilidad de hacer pequeños cruceros por el río Sumida, practicar yoga cerca del Palacio Imperial cada mañana o relajarse en su exclusivo Spa al aire libre de la planta 17. Todo tipo de actividades que, seguro, si no fuera por las vistas increíbles, nos harían olvidar que estamos en un rascacielos de Otemachi.
Más información:
Reservas, desde 410 €/noche.
www.hoshinoyatokyo.com