AUSTRIA
Bad Ischl y la región de Salzkammergut, en Austria, será la Capital Europea de la Cultura en 2024 bajo el lema ‘la cultura es la nueva sal’.
La región austríaca de Salzkammergut es un lugar casi mágico y muy artístico, su naturaleza montañosa y boscosa salpicada de lagos, ríos y ciudades históricas es de una belleza imponente e inspiradora, tanto que artistas como Gustav Klimt, Johannes Brahms o Franz Schubert se han encontrado aquí con sus musas creativas.
El agua, la sala y la madera son los tres elementos esenciales de esta zona porque son sus recursos naturales, la sal que se extrae de sus minas desde hace 7.000 años es el oro blanco de Salzkammergut y la esencia misma del rico patrimonio de esta región; Bad Ischl es su capital y será el centro neurálgico de las celebraciones que Austria prepara en el marco de la capitalidad cultural europea que ostentará el próximo año.
La cultura es la nueva sal es el lema elegido para presentarse al mundo como capital cultural de Europa y no puede ser más acertado porque la sal es, como decíamos, esencia misma de esta región austríaca pero la cultura, personificada por tantos artista de primer nivel que han recorrido cuando no vivido en esta zona de Austria, han dejado un legado cultural impresionante.
En total serán 23 los lugares de la región de Salkammergut en los que se celebrarán eventos relativos a la capitalidad europea de la región pero será la que es de facto su capital, Bad Ischl, la que concentrará los más importantes y desde luego la que, la visites cuando la visites, más te va a impresionar ¿por qué? Porque se trata de una ciudad imperial y balneario de arquitectura imponente y de rica tradición cultural.
Te maravillarás ante los edificios históricos de Bad Ischl, todos de arquitectura tradicional alpina con influencia de diferentes épocas, era aquí, en esta ciudad a orillas del lago Traun, donde pasaban los veranos el emperador Francisco Jose I y la emperatriz Sisi, tras ellos llegó la alta nobleza, los ricos industriales y más adelante las clases medias; con esta afluencia tan destacada, no faltaron nunca los hoteles ni los cafés, los casinos ni tampoco los paseos donde podías cruzarte con lo más granado de la sociedad europea.