Europa
En medio de Europa, entre su fascinante historia y sus secretos en forma de arquitectura, se encuentra Budapest, lo que para muchos son dos ciudades unidas en una sola. Al borde del Danubio, con edificios de estilo art nouveau y numerosos ejemplos del paso del imperio austrohúngaro, la UNESCO ha reconocido parte de su patrimonio, de gran riqueza histórica. Y es que Budapest fascina, es una ciudad romántica en la cual uno puede hacer planes de pareja pero también encontrar opciones para disfrutar en familia o entre amigos. Esta ciudad europea representa toda la esencia de Hungría, con un Parlamento deslumbrante, un puente con cadenas, el Castillo de Buda y la Plaza de los Héroes, que llaman la atención entre sus calles. En este entorno tan particular es donde se encuentra Brody House, un lugar para alojarse si se van a pasar unos días en la capital europea. Esta casa fue construida en el año 1896, siguiendo los deseos e ideas del doctor Vilmos Tauffer, un médico que edificó un alojamiento en la ciudad para cuando acudía a ella. Durante años, esta casa fue su residencia y a la vez oficina donde también recibía a sus pacientes. Por aquel entonces esta casa tenía una de las bibliotecas más completas y codiciadas del país y el edificio que la albergaba sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, al levantamiento húngaro de 1956 –que, por cierto, comenzó a pocos metros de la calle en la que se encuentra Brody House-, a los años en los que estuvo abandonada y al comunismo. Poco a poco la casa se reconstruyó hasta que se convirtió finalmente en lo que es a día de hoy, con su antiguo esplendor y la misma magia que la caracterizó desde que abrió sus puertas. Todos los espacios han sido restaurados dejando detalles y muebles antiguos que recuerdan su pasado y permiten mirar en su interior hacia el futuro. Es un hotel que es un verdadero tesoro compuesto por 11 habitaciones de estilo boutique, elegantes y con toques vintage. El diseño se encuentra con el clasicismo en Brody House de manera natural, espontánea y muy acertada. Cualquier huésped podrá sentirse como un rey, relajándose en alguna de sus bañeras dorada, mirando a través de sus ventanas con imponentes marcos de madera y cortinas infinitas o simplemente parándose durante unos instantes a contemplar alguno de los cuadros que decoran sus paredes. Porque hay hoteles con los que es fácil acertar, y no hace falta más que echar un vistazo a las fotos del Brody House para darse cuenta de que es uno de ellos.