PLAYAS
La zona norte de Menorca es salvaje, virgen, y en muchas ocasiones la arena de sus calas es arcillosa, lo que le da un color rojizo precioso. Uno de los mejores ejemplos es Cala Pilar. ¡Te lo contamos!
Es común escuchar que Menorca nada tiene que envidiarle al Caribe porque cuenta con muchas calas pequeñas de arena blanca y agua cristalina situadas en entornos naturales maravillosos. Pero lo cierto es que esto es así en el sur de la isla. Las calas y playas del norte de Menorca son mucho más salvajes y un claro ejemplo de ello es Cala Pilar.
Hablamos de una bahía natural pequeña ubicada en el noroeste de la isla, en el municipio de Ciudadela. Se trata de una cala virgen a la que se debe llegar andando tras un paseo de algo más de media hora, pero sin lugar a dudas merece la pena la caminata.
Tiene aproximadamente 240 metros de largo y 30 de ancho y el color rojo es el absoluto protagonista del lugar. Su arena es arcillosa y el aspecto de la cala es salvaje y volcánico. No tiene zonas de sombra ni tampoco servicios, por lo que es importante llegar hasta allí bien equipados con crema de sol, comida, agua y calzado cómodo.
Pero además, también es esencial comprobar el tiempo que va a hacer en la cala y no bañarse si el mar está muy revuelto. Y es que cabe apuntar que Cala Pilar está muy expuesta a los vientos, por lo que es habitual que haya oleaje fuerte incluso en la orilla y que el agua se vuelva azul muy oscuro.
En caso de que no sea así y te encuentres con el mar en calma, el agua estará también mucho más transparente y Cala Pilar será un buen lugar para practicar snorkel. Porque además, has de saber que al estar situada en la Reserva Marina de la costa norte de Menorca, está prohibida la pesca. Así pues, si el mar lo permite podrás ver una gran variedad de fauna marina sobre todo en las zonas rocosas de los extremos de la cala.
Por otro lado, debes saber que la cala está rodeada por un acantilado desde lo alto del cual se tienen unas vistas maravillosas de la misma. Para acceder a la arena hay unas escaleras de madera y es muy importante bajar por ellas. No solamente por seguridad, sino por preservar el paisaje y el entorno.
Pero además, Cala Pilar no es el único paisaje bello con el que vas a encontrarte si decides visitarla. El camino desde el aparcamiento hasta allí también lo es. Tiene una longitud de alrededor de 2 kilómetros en los que andarás sobre caminos de arena. Será como adentrarte en un pequeño bosque con multitud de árboles, algún merendero y de vez en cuando vistas al mar. Sin duda, un imprescindible de la isla.