Islandia
Las impresionantes cascadas que encontramos en Islandia no dejan de recibir miles de turistas cada año y merecen un repaso. Imposible no quedar fascinado con estos saltos de agua.
Islandia es un país de cascadas. A lo largo y ancho del país podemos encontrar impresionantes cataratas capaces de dejarnos mudos del asombro y sordos por los rugidos de agua que caracterizan su caída.
De todos los tamaños, de todas las formas, casi podríamos decir que de todos los colores porque, como sabéis, Islandia es también un país de colores, de contrastes. A continuación, una lista de las que merecen una visita, sin excusas.
1. Godafoss (municipio de Þingeyjarsveit)
Llamada cascada de los dioses por una popular leyenda: cuando se acordó que el cristianismo fuera la religión oficial del país, un jefe vikingo arrojó por la cascada un ídolo pagano. Los turistas se agolpan frente a sus aguas y está completamente justificado: con 30 metros de ancho y 12 de caída, cualquier mirador de la zona nos ofrece unas vistas espectaculares.
2. Dettifoss (Parque Nacional Jökulsárgljúfur)
La cascada más caudalosa de todo el continente también nos regala unas vistas espectacular, imponentes, de las que no parecen de verdad. 100 metros de ancho, 40 metros de caída y una ensordecedora caída de agua convierten a esta zona, situada en los límites del Parque Jökulsárgljúfur, en un imprescindible de Islandia.
3. Seljalandsfoss (recorrido del río Skógá, cerca de Skógar)
La gruta situada justo detrás del salto de agua la convierten en una de las más bonitas del país, situada muy cerca del volcán Eyjafjallajökull. Esta caída, de 60 metros de altura, se puede ver desde el interior del acantilado y forma una de las imágenes más hermosas que puede contemplar el ser humano.
4. Gullfoss
Para muchos, las cataratas más bellas del mundo. Durante los años veinte del pasado siglo, la cascada de Gullfoss estuvo a punto de desaparecer pero una mujer habitante de la zona, llamada Sigríður Tómasdóttir, amenazó con quitarse la vida precipitándose a las cataratas si continuaban adelante con el proyecto hidroeléctrico que amenazaba el lugar. Con ayuda de su abogado, Sveinn Bjornsson (que terminó convirtiéndose en el primer Presidente de Islandia), se frenó el proyecto. Hoy en día, una escultura recuerda la valentía de Sigríður Tómasdóttir, cuyo sentimiento por el lugar representa lo que todos los islandeses sienten.
5. Skogafoss (recorrido del río Skógá)
Como partiendo el acantilado en el que se encuentra por la mitad, Skogafoss brilla con luz propia; según la leyenda vikinga, por el cofre de oro que oculta en su interior y que a veces se puede intuir en sus aguas.
6. Svartifoss (Parque Nacional Skaftafell)
Las columnas de piedra basáltica negra que rodean la cascada no hacen más que aumentar la peculiar belleza del lugar, único en el planeta.
7. Oxararfoss (Parque Nacional Thingvellir)
En el Parque Nacional en el que los vikingos establecieron el primer parlamento democrático del mundo se encuentra este bello regalo de la naturaleza que forma parte del Círculo de Oro.
8. Dynjandifoss (bahía de Dynjandifoss)
Conocida como el velo de la novia, es posible contemplar la cascada tan de cerca como os podáis imaginar, aunque es un sendero resbaladizo. La imagen habla por sí sola.
9. Hengifoss (Fljótsdalshreppur)
Con 128 metros de caída, el salto de agua impresiona del mismo modo que lo hace el paisaje que se extiende a su alrededor, dominado por un bello acantilado al que se puede acceder con relativa facilidad.
10. Háifoss (cerca del volcán Hekla, región de Suðurland)
Poco reconocida de forma injusta, esta salvaje cascada de 122 metros de altura posee una fuerza sobrecogedora.
11. Glymur (cerca de Reikiavik)
Finalizamos con la cascada más alta de Islandia: cerca de 200 metros de altura. Lo serpenteante de sus aguas y el hermoso paisaje que se extiende a su alrededor la convierten en uno de los lugares más bellos de Islandia.