IRLANDA DEL NORTE

Castillo de Belfast: ¿por qué es conocido como el “Castillo de los Gatos”?

Viajamos hasta la ciudad de Belfast para conocer uno de sus edificios más significativos. Estamos hablando, como no, del Castillo.

Castillo de Belfast: ¿por qué es conocido como el “Castillo de los Gatos”?Imagen de Stubacca en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Belfast, una de las ciudades más sorprendentes que podemos encontrar en Irlanda del Norte. Recorrer sus calles es sencillamente espectacular, ya que nos topamos con un gran número de edificaciones que consiguen dejarnos sin palabras.

Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en el Castillo de Belfast. Para comenzar, debemos tener en cuenta que esa construcción, originariamente, se erigió en el siglo XII por los normandos. Cabe destacar que, en un principio, este impresionante Castillo se situó dentro de la ciudad de Belfast.

Pero todo quedó destruido en mil pedazos en 1708, como consecuencia de gran incendio. Una de las cuestiones que más llama la atención al respecto es que el nombre de algunas calles de la zona nos recuerdan que el Castillo de Belfast estuvo situado en este lugar.

Tras este devastador incendio, se tomó una decisión que pilló por sorpresa a más de uno. ¿En qué consistió? En no reconstruir este Castillo en el lugar en el que estaba emplazado, sino llevarlo a las afueras de la ciudad. Fue entonces cuando surgió la edificación que conocemos en la actualidad.

Castillo de Belfast | Imagen de Portwilliamborn en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Ésta fue construida en el año 1870, utilizando como material piedra arenisca. El Castillo de Belfast está situado en un lugar estratégico: las laderas de la Colina Cave Hill, a poco más de 6 kilómetros de la ciudad de Irlanda del Norte, en uno de los puntos más altos. Por lo tanto, desde este lugar, encontramos unas vistas de ensueño tanto de Belfast como del río situado en la zona.

Debemos tener en cuenta que este Castillo, el actual, fue construido por nada más y nada menos que el Marqués de Donegal. Y todo con un presupuesto aproximado de 11.000 libras. A pesar de todo, y conforme avanzaban las obras, los costes fueron aumentando exponencialmente. Por lo tanto, el Marqués se vio en la obligación de pararlas.

Por fortuna, fue Lord Ashley, marido de su hija, quien no dudó un solo segundo en ayudar a que la financiación de este proyecto se hiciera efectiva y, por tanto, se concluyesen las obras de una vez por todas. Por fin se lograba erigir este Castillo, de estilo escocés, que fue diseñado por nada más y nada menos que Charles Lanyon.

Una vez conocemos la historia, es hora de adentrarnos en una leyenda que está estrechamente vinculada a esta edificación. Y es que se dice que los habitantes de este Castillo únicamente tendrían suerte mientras que, en este recinto, viviese un gato blanco. Este es el motivo por el que, precisamente, se le conoce como Castillo de los Gatos. Sea como sea, lo cierto es que en este lugar encontramos un gran número de pinturas, esculturas, jardines y mosaicos que tienen a este animal como protagonista.