PORTUGAL
Viajamos a Portugal, hasta Braganza, para conocer qué esconde su espectacular y bien conservada fortaleza.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Portugal, concretamente a la zona de Braganza. Encontramos un gran número de construcciones verdaderamente espectaculares y significativas, que han marcado un antes y un después en numerosos aspectos. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en el Castillo de Braganza.
Estamos ante una fortaleza medieval que está bastante bien conservada gracias a las numerosas restauraciones a las que se ha sometido. A lo largo los siglos, ha sido testigo de un gran número de hechos históricos, sobre todo aquellos que sucedieron durante la época del Califato Omeya y la Reconquista de la Península Ibérica.
El Castillo de Braganza, a través de su historia
Las primeras referencias que existen sobre esta fortaleza nos hace viajar a la etapa en la que se produjeron los primeros asentamientos en la zona ya que evidencias arqueológicas indican que hubo un fuerte de alguna clase. Los romanos mejoraron lo máximo posible este castillo durante la etapa de la ocupación de la Península. Posteriormente, cuando los musulmanes llegaron, la fortaleza quedó en ruinas. A la conquista de la ciudad, decidieron reconstruirla.
Es importante tener en cuenta que este Castillo de Braganza se menciona en un documento de 1128, en época del Rey Alfonso I de Portugal. Poco tiempo después, la ciudad recibió una Carta Foral del Rey Sancho I, en la que el monarca les dio fondos suficientes para construir tanto una muralla como un castillo.
Por aquel entonces estaba teniendo lugar el conflicto entre este Rey y el propio Reino de León. Ese fue el motivo por el que los leoneses dieron el paso de tomar la ciudad. Siglos después, durante el reinado de Manuel I, esta ciudad y su castillo fueron mencionados en el Libro de Fortalezas de Duarte de Armas, que vio la luz en 1509.
Otra etapa a destacar nos hace viajar a 1580, cuando estaba teniendo lugar la histórica crisis de sucesión en Portugal. El pueblo de Braganza no dudó un solo segundo en apoyar a António, que era el Prior de Crato. Además, durante la Guerra de Restauración, la fortaleza sufrió graves daños.
Algo que también ocurrió en la Guerra de los Siete Años, en la que España dio el paso de invadir Portugal. Al fin y al cabo, este Castillo está cercano a la frontera entre ambos países. En la actualidad, estamos ante una de las construcciones medievales mejor conservadas de la zona. ¡Por lo que merece la pena visitarlo si decides hacer una escapada a Braganza!