MÉXICO
No es ningún secreto que el Castillo de Chapultepec es uno de los grandes iconos de la Ciudad de México. Es el momento perfecto de conocer su historia.
En septiembre del año 1944, el Castillo de Chapultepec volvió a abrir sus puertas. En esta ocasión, para hacer su función como Museo Nacional de Historia. El Gobierno Federal tomó esta decisión, y no lo hizo por casualidad. Es más que evidente que esta edificación es una de las más importantes de la historia de la Ciudad de México.
Con el paso del tiempo, ha continuado estando presente en la vida de muchas personas de una manera u otra. Tanto es así que es considerado como una auténtica referencia a nivel internacional. Por ese mismo motivo, es el instante más que perfecto para descubrir la historia que hay detrás de este sorprendente castillo
El origen del Castillo de Chapultepec
Para conocerlo, es necesario viajar a la época del imperio azteca. Debemos tener en cuenta que daban mucha importancia tanto al bosque como al agua de Chapultepec. Por esta razón, decidieron construir diversos edificios, así como casas de descanso, en las mismas faldas del cerro. Todo ello para el emperador Moctezuma.
Una vez tuvo lugar la conquista se llevó a cabo la primera etapa de la construcción del Castillo de Chapultepec. Así pues, debemos trasladarnos a los años 1785 y 1787 cuando Bernardo de Gálvez era el virrey.
El Castillo de Chapultepec, con gran importancia militar
Viajamos al año 1833, momento en el que esta edificación pasó a ser un colegio militar. ¿Cuál fue el motivo de esta decisión? Su privilegiada posición estratégica. Desde ese mismo punto se resistió, en 1847, a la intervención estadounidense. Dio paso, por tanto, a una de las batallas más importantes de México que tenía como protagonistas a los “Niños Héroes”. Debido al conflicto armado, el Castillo de Chapultepec sufrió grandes daños, fue saqueado y posteriormente abandonado. Todo ello hasta que, en 1849, volvió a ser un colegio militar.
Castillo de Chapultepec y su vinculación con la realeza
Un dato curioso es que, cuando el emperador Maximiliano de Habsburgo y su mujer decidieron pisar México en 1864, tomaron una decisión. ¿En qué consistió? En escoger este sorprendente castillo para que fuera nada más y nada menos que su residencia oficial. Estuvieron dos años en ese lugar y, durante ese tiempo, le dieron un cierto toque europeo gracias al trabajo de los arquitectos Eleuterio Méndez y Ramón Rodríguez Arangoiti.
Un Castillo que también fue residencia presidencial
Como decimos, este Castillo de Chapultepec cuenta con una gran importancia tanto histórica como cultural. Un claro ejemplo lo encontramos en este dato. Debemos tener en cuenta que esta edificación, al terminar el Segundo Imperio en México, pasó a ser Casa del Observatorio Astronómico Meteorológico y Magnético del país.
Todo ello hasta que Porfirio Díaz quiso usar este Castillo como residencia presidencial. Pero no fue el único, ya que Venustiano Carranza y Francisco I Madero y Álvaro Obregón también decidieron ocupar este inmueble durante su etapa como presidentes de México.
El Castillo de Chapultepec en la actualidad
Lázaro Cárdenas fue el que, en el año 1939, declaró este Castillo como Monumento Histórico. Lejos de que todo quede ahí, también otorgó el título de Museo Nacional de Historia. Eso sí, no abrió sus puertas hasta 1944. Gracias a esta idea podemos encontrar un gran número de salas por las que podemos hacer un recorrido por la historia de México.
Y no solamente eso, sino también encontramos “El Alcázar”. En ese mismo punto se muestran diversos muebles o pertenencias del emperador Maximiliano y su mujer, así como objetos y pinturas que el presidente Porfirio Díaz utilizó durante su estancia en el Castillo. Es más que evidente que estamos ante una de las visitas obligadas si decides conocer la Ciudad de México.
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