ESCOCIA
El Castillo de Edimburgo es, sin lugar a dudas, uno de los emblemas de la ciudad. Es el momento de descubrirlo a través de estas curiosidades.
No es ningún secreto que Edimburgo se ha convertido en una de las ciudades más misteriosas del mundo. ¡Y no es para menos! Escocia, lugar de miles de castillos, cuenta con muchas leyendas y mitos desde hace muchísimos siglos. Por lo tanto, es el momento de descubrir las curiosidades que se esconden tras el precioso, enigmático e histórico Castillo de Edimburgo.
Los guardias del Castillo tenían su cementerio ¿de mascotas?
Los soldados podían enterrar a sus mascotas, que por lo general eran perros, en un pequeño jardín dentro de la fortaleza. Desde la parte más alta del castillo se puede ver esta parcela con sus respectivas lápidas. Este cementerio tenía su sentido ya que recordemos que, en la antigüedad, este Castillo estaba completamente aislado. Para añadir otro dato curioso, tan solo hay un cementerio de mascotas más en toda Escocia y se encuentra en Fort George.
La capilla de San Margarita es el edificio más antiguo de la ciudad
Es algo verdaderamente sorprendente porque, en efecto, esta capilla no solamente es el edificio más antiguo del castillo sino también de Edimburgo. Es de estilo románico y data del año 1130. Santa Margarita era la madre del príncipe David y llegó a reinar Escocia desde el año 1070. Tan solo unos años después de su muerte, su hijo David I mandó construir esta capilla en su honor.
La historia del sistema de escuchas del rey Jacobo IV
No es ningún secreto que los reyes, en el siglo XV, espiaban diversas conversaciones para tener entre sus manos la mayor información posible. Es entonces cuando Jacobo IV no dudó un solo segundo en crear todo un sistema de escuchas en el Castillo. Esto consistía en una brecha en la pared que daba al Gran Salón, por lo que se convertía en su escondite para escuchar todo lo que se hablaba en este lugar. Se conocía como “Lord’s Ears”.
En el castillo vivió un elefante que le encantaba ¿la cerveza?
En la antigüedad era muy habitual coger, como triunfos de guerras, a diversos animales exóticos como elefantes o tigres. A principios del siglo XIX, las tropas de Escocia llegaron a la ciudad desde Ceylán con este animal. Lo curioso de esta historia es que terminaron adoptándolo como mascota en el Castillo de Edimburgo. Los guías terminarán haciéndote saber que tanto al cuidador como al propio animal les encantaba beber cerveza juntos y, posteriormente, se iban a dormir a los establos.
¿Estudiante supersticioso? Mejor que no entres…
Los fantasmas no son los únicos que hacen que el Castillo de Edimburgo esté repleto de misterios y leyendas, sino que también hay cabida para las supersticiones. Una de las más famosas hace una advertencia a los estudiantes de la ciudad. Y es que, si entran al Castillo antes de su graduación, la mala suerte recaerá hasta sus exámenes finales. Eso sí, también se dice que frotar el dedo a la estatua de Hume en la Royal Mile da buena suerte a los estudiantes. ¡Hay de todo!
La Piedra de Scone, el objeto más misterioso del Castillo
Durante muchos años, sobre esta piedra se coronaron los reyes de Escocia hasta que en 1296, el Rey Eduardo I de Inglaterra decidió robarla e incorporarla a su trono. Bien es cierto que hay historias de la época que aseguran que esta Piedra se ocultó y se llegó a intercambiar por otra. Lo cierto es que sigue siendo protagonista de muchas historias. El Rey Eduardo I la situó en Westminster y el Príncipe Carlos, en 1996, decidió que regresara a Escocia. Eso sí, con la condición de que pudieran seguir coronándose sobre esta piedra los monarcas ingleses.
La Quema de Brujas, algo histórico en el Castillo
Desde los siglos XVI y XVIII, en la explanada del Castillo se llegaron a quemar hasta 200 personas acusadas de brujería. Edimburgo es una de las ciudades de Escocia con más asesinatos por este hecho. La mayoría de estas presuntas brujas fueron estranguladas antes de ser quemadas en la hoguera. En recuerdo de este hecho, en un rincón de la explanada, se instaló el llamado “Pozo de las Brujas”.
En el Castillo nació el primer monarca que reinó en Escocia e Inglaterra
Es un hecho absolutamente histórico, qué duda cabe. La reina María Estuardo dio a luz a Jacobo en una de las habitaciones del castillo. Tan solo un año más tarde, ella fue encarcelada y le obligaron a abdicar a favor de Jacobo VI. Y es que, con tan solo un año, fue proclamado Rey de Escocia. En 1603, Isabel I murió sin dar descendencia por lo que Jacobo VI, por parte de Margarita Tudor, era descendiente del rey Enrique VII de Inglaterra. De esta manera fue proclamado rey de Inglaterra e Irlanda.