SUIZA
La Catedral de Berna se ha convertido, con el paso del tiempo, en uno de los grandes símbolos de la ciudad suiza. ¡Descubre su historia!
No es ningún secreto que Europa cuenta con un gran número de catedrales que son absolutamente espectaculares. No solamente por su historia, sus elementos decorativos o arquitectónicos, es también por los elementos que los hacen verdaderamente únicos. Un claro ejemplo lo podemos encontrar en la Catedral de Berna.
Estamos ante uno de los elementos más turísticos y significativos de la ciudad suiza. Y siendo honestos, no es para menos. Debemos tener en cuenta que, entre otros factores, se trata del edificio religioso más alto del país ya que su torre mide poco más de 100 metros. ¡Una auténtica locura!
La Catedral de Berna es de estilo gótico. Aunque su construcción comenzó en el año 1421, lo cierto es que no terminó hasta 1893. Como dato curioso, debemos tener en cuenta que el patrono de esta Catedral es nada más y nada menos que San Vicente de Zaragoza, uno de los mártires más conocidos del siglo IV.
La Catedral de Berna, a través de su historia
Como hemos mencionado, la construcción de la Catedral comenzó en 1421, concretamente el 11 de marzo. En el lugar donde se decidió erigir este edificio religioso había una iglesia, cuya datación correspondía al instante en el que la Casa Zähringer fundó Berna (entorno al año 1191).
No fue hasta 1276 cuando se decidió construir nada más y nada menos que una capilla románica. Así pues, la catedral se erigió alrededor de este singular edificio, siguiendo a la perfección la dirección de las agujas del reloj. Un método que, desde luego, no dejó indiferente a nadie.
La construcción como tal comenzó por el Cantón de Berna así como por la Orden Teutónica, una de las órdenes de la Iglesia Católica más conocida y que fue creada en las Cruzadas. Gran parte de la financiación para poder construir esta Catedral corría a cargo de las familias más ricas de la ciudad.
Mathieu Ensinger es un nombre a destacar en la historia de esta edificación, ya que fue nada más y nada menos que el primer maestro de obras. Para llevarla a cabo, se inspiró en tres catedrales: En primer lugar en la Catedral de Ulm, en segundo lugar en la Catedral de Nuestra Señora de Friburgo y, por último, en la Catedral de San Nicolás de Friburgo.
Uno de los elementos más significativos que construyó Ensinger fueron tres portadas en la base externa de la torre que, además, estaban espectacularmente decoradas. El escultor que se encargó de realizar la portada así como las decoraciones de la sala principal fue Erhart Küng, y llevó a cabo su trabajo entre 1460 y 1480.
Uno de los años a destacar en la historia de la Catedral de Berna fue el 1521. En ese momento, se paralizó la construcción de la torre cuando estaba a unos 60 metros de altura. ¿El motivo? La debilidad de sus cimientos. Debido a diversos acontecimientos de carácter económico y político, las obras se vieron afectadas. No fue hasta 1893 cuando la Torre se completó hasta alcanzar los 100,6 metros que tiene en la actualidad. ¡Espectacular!
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