RUSIA
La Catedral de Cristo Salvador de Moscú es una de las construcciones más sorprendentes que podemos encontrar en la capital de Rusia. ¡Descubre su historia!
Es el momento de conocer la historia de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú. Una edificación que, en realidad, recibe el nombre de Templo Catedralicio del Cristo Salvador del Patriarca de Moscú. Estamos ante un templo ortodoxo construido en el siglo XIX, siguiendo el proyecto de Konstantín Thon.
Una de las peculiaridades de este templo es que es considerado como el más alto de todo el mundo, en cuanto a iglesia ortodoxa se refiere. Desde el punto más alto hasta su base, tiene nada más y nada menos que 105 metros. Esta Catedral está situada en el centro de la capital de Rusia. Se tardó casi 50 años en construir, y no fue hasta 1883 cuando se abrió para culto. En 1931, la construcción fue destruida para erigir el conocido como Palacio de los Sóviets. Su reconstrucción se llevó a cabo en 1990, volviendo a ser consagrada en el año 2000.
La Catedral de Cristo Salvador de Moscú, a través de su historia
Para conocer el origen de este templo, debemos trasladarnos a diciembre de 1812, en plena invasión napoleónica de Rusia. Concretamente, en el instante en el que fueron conscientes de que la expulsión de los franceses era cuestión de tiempo. Fue entonces cuando Alejandro I de Rusia ordenó que se construyera, en la ciudad de Moscú, un templo en honor a Cristo Salvador.
En octubre de 1817 se llevó a cabo la ceremonia con la que comenzaban las obras. La fecha escogida no era casualidad, ya que coincidía con el quinto aniversario de la salida de las tropas francesas de la ciudad. A pesar de todo, lo cierto es que la construcción como tal comenzó en 1825 y se paralizó como consecuencia de la mala condición del suelo. Y es que había un gran número de ríos subterráneos.
Alejandro I de Rusia murió, y le sustituyó en el cargo Nicolás I. El monarca estaba horrorizado con el estilo neoclásico que presentaba la iglesia en el proyecto presentado. Por ese mismo motivo, quiso contactar con Konstantín Thon, uno de sus arquitectos favoritos. Éste hizo un nuevo diseño, siguiendo como referencia la imponente iglesia de Santa Sofía de Constantinopla. Este diseño se aprobó en 1832 y, además, se escogió un nuevo emplazamiento. La primera piedra se colocó en 1839 y el templo se consagró en mayo de 1883, mismo día en el que se llevó a cabo la coronación de Alejandro III.
Desde entonces, la Catedral de Cristo Salvador de Moscú estuvo abierta al culto hasta que el gobierno de la Unión Soviética, tras la revolución bolchevique, decidió que en este lugar se erigiría el Palacio de los Sóviets. Por lo tanto, destruyeron el templo en diciembre de 1931, siguiendo las órdenes de Iósif Stallin. No solamente se destrozó este templo, sino varios monumentos de la zona. Desde 1939 a 1941 se instalaron los cimientos de la parte principal del Palacio. A pesar de los esfuerzos, jamás llegó a materializarse por problemas económicos, por diversas inundaciones del río y, cómo no, por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Nada más finalizar esta guerra, la construcción del Palacio de los Sóviets quedó paralizada. La renuncia a continuar con este proyecto no llegó hasta el año 1961. Eso sí, no fue hasta 1988 cuando se creó una organización pública que tenía como objetivo reconstruir esta Catedral. Una iniciativa que contó con el apoyo incondicional de Borís Yeltsin, presidente de Rusia, así como de Yuri Luzhkov, alcalde de Moscú.
En 1994, bajo las órdenes del arquitecto Mijaíl Posojin, comenzaron las obras de reconstrucción de esta Catedral de Cristo Salvador. Tenían una compleja labor por delante: basarse en los bocetos, medidas y fotografías que quedaban del proyecto original de Konstantín Thon. Un trabajo verdaderamente excepcional ya que, en la actualidad, es una de las atracciones turísticas más visitadas de Moscú.