CATEDRALES
Viajamos hasta la ciudad italiana de Módena para conocer la historia que hay detrás de su sorprendente Catedral. ¡Es sencillamente espectacular!
Es el momento de conocer una de las edificaciones religiosas más sorprendentes que podemos encontrar en Italia. Estamos hablando, como no podía ser de otra manera, de Módena. Todo aquel que visita la ciudad y, concretamente esta construcción, se queda completamente maravillado. ¡Y no es para menos!
Para conocer el origen de la Catedral de Módena, debemos viajar al año 1099. En ese instante dieron por comenzadas las obras, siguiendo las instrucciones de Lanfranco, uno de los arquitectos más reconocidos de la época. Eso sí, no fue hasta 1319 cuando finalizó la obra con la construcción de la Torre del Campanario, llamada “Torre della Ghirlandina”.
El lugar elegido para erigir esta Catedral no fue escogido por casualidad. ¿El motivo? Es el punto exacto en el que se encontraba el sepulcro de San Geminiano, patrón de Módena. Debemos tener en cuenta que, en el siglo V, en este mismo lugar se construyeron nada más y nada menos que dos iglesias. A pesar de todo, con el paso del tiempo, quedaron destruidas. Los restos de San Geminiano, actualmente, están ubicados en la cripta de la Catedral de Módena.
La Catedral de Módena, a través de sus características
Una vez terminaron las obras de Lanfranco, el arquitecto de la Catedral, ésta fue adornada no solamente por Anselmo da Campione, sino también por sus herederos. Por ese mismo motivo, la fachada presenta un gran número de estilos. Llaman la atención los relieves, de Wiligelmo. Éstos incluyen retratos de profetas, así como de diversas historias bíblicas.
Uno de los puntos fuertes lo encontramos en ese rosetón, agregado en el siglo XIII por Anselmo. Llaman poderosamente la atención los leones que están sosteniendo las columnas que se encuentran en la entrada de la Catedral de Módena. Estos pertenecen a la antigua Roma y, a buen seguro, fueron descubiertos en la primera fase de la obra.
En cuanto al interior de la Catedral de Módena, debemos saber que está perfectamente dividida en tres naves. Entre la central y la cripta podemos toparnos con un parapeto realizado en mármol en el que se representa la Pasión de Cristo e incluye la Última Cena. No podemos dejar de mencionar el crucifijo de madera del siglo XIV y el púlpito, de Arrigo da Campione.
Lejos de que todo quede ahí, es importante tener en cuenta que en esta Catedral se encuentran diversas obras religiosas creadas por dos de los artistas de Módena más importantes de la historia. Estamos hablando de Antonio Begarelli y Guido Mazzoni. ¡Son obras realmente impresionantes!
Sea como sea, lo cierto es que la Catedral de Módena es una de las edificaciones imprescindibles si estás pensando en visitar esta ciudad italiana. Te quedarás completamente impresionado con su fachada, pero aún más cuando descubras su interior. ¡No te dejará indiferente!