ITALIA
Viajamos hasta la ciudad italiana de Ferrara, para conocer toda la historia y algún que otro dato curioso de la Catedral de San Jorge Mártir.
Es el momento más que perfecto para conocer la historia que hay detrás de una de las construcciones religiosas más sorprendentes que podemos encontrar en Ferrara, Italia. Estamos hablando, cómo no, de la Catedral de San Jorge Mártir. El paso del tiempo ha hecho que se convierta en el lugar de culto católico por excelencia en la ciudad.
Para poder ver esta Catedral de San Jorge Mártir, debemos trasladarnos hasta el centro de la ciudad de Ferrara. La edificación está ubicada frente al Palazzo Comunale y cerca del Castillo de los Este. Es importante tener en cuenta que esta Catedral está perfectamente comunicada con el Palacio Arzobispal a través de una curiosa bóveda.
Aunque en la actualidad la Catedral de San Jorge Mártir no es iglesia parroquial, sí que es sede de todas y cada una de las celebraciones más importantes de esta diócesis. Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como “bendición de los palii”. El año 1959 fue clave en la historia de esta edificación, puesto que el Papa Juan XXIII le otorgó el título de “Basílica menor”. Además, la Catedral destaca porque, en ella, se encuentran los restos mortales del Papa Urbano III.
La Catedral de San Jorge Mártir, a través de su historia
Dos de los nombres a destacar en cuanto al origen de esta edificación son Guglielmo degli Adelardi y el Príncipe Federico Giocoli. Éste, en el año 1135, se encargó de financiar esta edificación, tras una concesión otorgada en 1132 por el antipapa Anacleto II. En ese momento la ciudad estaba empezando a expandirse por la orilla izquierda del río. Por lo tanto, el centro de Ferrara quedaba al norte.
La edificación religiosa más importante de la ciudad, anterior a ésta, era la iglesia de San Giorgio, que todavía existe en la actualidad aunque fuera de las murallas de Ferrara. En cuanto a la Catedral, desde 1135, estuvo dedicada a San Jorge como se puede leer en la inscripción que se encuentra en el atrio.
No fue hasta mayo de 1177 cuando se consagró el altar mayor. El proyecto inicial estuvo marcado por un estilo románico, que puede apreciarse en la parte más baja de la fachada. Aun así, hay ciertos elementos de estilo gótico que se pueden ver desde la primera galería. El hecho de que tardaran tantos años en edificar esta Catedral es algo que queda reflejado por la utilización de varios elementos artísticos y arquitectónicos.
Debemos tener en cuenta que, entre los años 1451 y 1493, se realizaron las obras para construir un campanario, siguiendo al pie de la letra el proyecto que previamente había elaborado Leon Battista Alberti. A pesar de los esfuerzos, jamás llegó a terminarse. De hecho, en la actualidad, podemos ver cómo falta la cúspide de la torre.
Otro año a destacar es 1712. Y todo porque, en junio, el obispo Dal Verme quiso ponerse en contacto con uno de los arquitectos de Ferrara más reconocidos: Francesco Mazzarelli. Su objetivo era que se consolidaran ciertas partes de esta construcción. En 1717, tras el nombramiento de Tommaso Ruffo como obispo de la ciudad, quiso que Tommaso Mattei comenzara a encargarse de estas obras.
Aunque habían establecido un plan bastante escueto, el cambio de arquitecto así como otras cuestiones hicieron que las obras duraran nada más y nada menos que 17 años. En ellas, se llegó a reducir a tres el número de naves, cuando en realidad eran cinco. Un dato curioso es que, en enero de 1944, la Catedral de San Jorge Mártir de Ferrara sufrió grandes daños por culpa de un bombardeo sobre la ciudad italiana durante la Segunda Guerra Mundial.