FRANCIA
Chamonix-Mont-Blanc (que es el nombre completo de este pueblo desde 1916) es una pequeña aldea alpina y un paraíso de invierno a los pies de uno de los picos más emblemáticos de Europa, el Mont Blanc.
Desde que a lo largo del S.XIX el desarrollo turístico de Chamonix convirtió esta pequeña e histórica localidad en uno de los lugares más atractivos para los amantes de la montaña de los deportes de invierno, el pueblo no ha hecho más que ganar popularidad, muy especialmente a partir de 1924 porque entonces se celebraron en Chamonix los Juegos Olímpicos de invierno, un evento deportivo de primer nivel que pone en el mapa turístico del mundo de una vez y para siempre a las localidades en las que se celebra. Así se explica que en la actualidad Chamonix, un pueblo de apenas 8600 habitantes, reciba una media de 5 millones de visitantes al año. Así y sabiendo, además, que esta localidad está considerada de la cuna del alpinismo a nivel mundial (no en vano está en valle a los pies del pico más alto de Europa).
Lo primero que debes saber de Chamonix es que, aunque se trata de una localidad francesa a los pies del Mont Blanc, está a apenas una hora de la ciudad suiza de Ginebra y tres de la italiana Milán, es un pequeño pueblo alpino en el corazón de Europa; además de su ubicación, de Chamonix te encantarán sus casas de montaña, sus calles de tiendas, sus puentes sobre el río que atraviesa la localidad y sus restaurantes con vistas, en invierno también su ambiente montañero, nevado y de esquí.
No son pocas las visitas y actividades recomendables en Chamonix pero la primera que queremos destacar es el tren cremallera de Montenvers ¿por qué? Porque se trata de un recorrido tren que nos lleva a realizar no una sino varias visitas imperdibles cerca de Chamonix: el tren cremallera empezó a funcionar hace más de un siglo, en 1908, y une Chamonix con la estación de Montenvers que está al lado del glaciar Mer de Glace: el viaje nos regala vistas magníficas y, una vez llega a su fin, nos deja a un paso del glaciar más grande de Francia, Mer de Glace; además no es un trayecto largo, se tarda menos de media hora en recorrer la distancia que hay entre Chamonix y Montenvers en el tren cremallera.
Si es imposible viajar en el tren cremallera sin visitar el glaciar más grande de Francia, también lo es visitar ese glaciar, el de Mer de Glace, y no acercarse a Grotte de Glace, una cueva de hielo que descubrirás a los pies de ese famoso glaciar ¿el inconveniente? Si tienes problemas con las escaleras deberás armarte de paciencia: son unos 400 los escalones que tendrás que bajar para llegar a la cueva (y otros tantos, los mismos, los que tendrás que subir para salir de ella).
También te llevará menos de media hora llegar, desde Chamonix, hasta Aiguille du Midi aunque no lo harás en tren sino en teleférico; subirás hasta algo más de 3800 metros de altura sobre el nivel del mar y disfrutarás de las vistas más espectaculares que puedas imaginar de los Alpes al completo, ante tus ojos se alzarán los Alpes franceses, suizos e italianos. ¿Tienes alma de aventurero? Bájate antes de llegar a esa altura, en Plan de l’Aniguille, y disfruta de alguna de las espectaculares rutas de senderismo que empiezan en ese punto.
Y a todas estas experiencias puedes sumar una más, la que atrae a miles de turistas cada año: esquiar.