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Formado hace 900 años

Champagne Pool, el balneario natural más burbujeante de Nueva Zelanda

Como en un vaso de champán, el dióxido de carbono hace que sus aguas están siempre en constante burbujeo.
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Nueva Zelanda es un país fascinante se mire por donde se mire. Da igual que se trate de la Isla Norte o de la Sur, cada rincón es a cuál más espectacular. Y pocos, o más bien ninguno, pueden compararse con los lagos termales de Wai-O-Tapu, en el norte del país, y no demasiado lejos de la costa. Sobre todo porque se trata del agrupamientos de los balnearios naturales más colorido del mundo, derivado de sedimentos diversos que originan un paisaje de intensos tonos amarillos, verdes, azules, naranjas...

De todos, el más famoso es el lago Champagne Pool, de agua caliente y en constante ebullición gracias a su alta composición de dióxido de carbono. Es precisamente por la presencia de este compuesto químico por el que se le bautizó con ese nombre, ya que el continuo burbujeo al que son sometidas sus aguas, así como el color amarillento, recuerda a una copa de champán.

Todo el borde del lago es de un vivo color anaranjado, una estructura de silicatos y minerales en las que hay muchísima vida microbacteriana (además de mercurio, antimonio, talio e incluso sedimentos de oro y plata; y han sido varias las nuevas bacterias descubiertas allí en los últimos años). Lo que no hay, al menos en esa zona, son bañistas. Imposible si tenemos en cuenta que la temperatura del agua es de 74 ºC. Los humanos nos tenemos que conformar con verlo todo desde la pequeña empalizada que rodea parte de la laguna, unida a otro lago mayor.

Comparados con otros lagos termales, no es especialmente antiguo. Según los expertos, se formó hace aproximadamente 900 años tras una gran erupción hidrotermal. Esta provocó un cráter de 65 metros de diámetro por otros 62 de profundidad, con un subsuelo rico, como hemos visto, en dióxido de carbono.

En Wai-O-Tapu conocen esta zona como las "Sacred Waters" y "Thermal Wonderland" (Aguas sagradas y Tierra termal maravillosa) y están orgulloso de su actividad geotermal única en el mundo. Es por ello que han habilitado un centro de visitantes en el que, además de organizar excursiones, permiten conocer todo lo relacionado con la zona y su geología (abre hasta las 5 de la tarde, una hora más durante el verano austral).

Además de la Champagne Pool, hay que sumar otros dos hitos importantes. Por un lado, el géiser Lady Knox. Cada día, sobre las 10.15 h de la mañana, los visitantes tienen la oportunidad de verlo en acción, con un chorro de agua que se eleva entre 10 y 20 metros a toda velocidad. Por otro, la Mud Pool, un lago natural formado tras la erosión de un volcán y que ahora es como un cráter sobre el suelo, el cual sigue en ebullición, con lodos en constante burbujeo. Imposible no pensar, cuando te acercas, que no vaya a salir de allí un monstruo de películas de clase B.

A la región termal de Wai-O-Tapu es fácil llegar, ya que se encuentra junto a una de las carreteras principales de la isla. El modo más sencillo es desde la cercana ciudad de Rotorua, pocos kilómetros al norte, a los pies del lago del mismo nombre y que para muchos turistas es el centro de operaciones desde el que moverse por toda la región norteña. Desde otras localidades, como Auckland, hay más de tres horas y media en coche.

La entrada al parque geotermal cuesta 32,50 dólares neozelandeses (aproximadamente 22,50 €), 11 en el caso de los niños (7,60 €) y existe la opción de comprar un ticket familiar. Sin duda, ninguno olvidará ese lago raro de color amarillo, verde y naranja y que no para de echar burbujas. Sí, como el champán.

 

Turismo de Wai-O-Tapu.