América Norte
Hasta el siglo XX, resultaba muy complicado cruzar Estados Unidos de una costa a otra, debido a los desiertos, montañas y una geografía casi salvaje que obligaba a los viajeros a seguir rutas sin señalizaciones ni mantenimiento. Pero entonces, varios empresarios de Oklahoma e Illinois, pensaron que era necesario construir una autopista que conectara el Oeste con el Este y así fue como se empezó a dar forma a la Ruta 66. Una carretera que, por supuesto, pasaba por los pueblos natales de sus creadores, y que tardó en terminarse 12 años. Alrededor de la carretera, para cubrir las necesidades de los viajeros, surgieron numerosas estaciones de servicio, restaurantes, bares y hoteles, además de tiendas de regalos, museos e incluso zoológicos. Algunos de ellos se han mantenido y con el paso del tiempo se han convertido en paradas llenas de un ambiente vintage muy característico. La Ruta 66 atraviesa en total 8 estados: Illinois, Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo Mexico, Arizona y California. Este trayecto de casi 4.000 kilómetros se convirtió en la mayor ruta comercial de todo el país, comenzando en la costa del Lago Michigan, en Chicago, y terminando en el muelle de Santa Mónica, en Los Ýngeles. Su atractivo le ha valido la aparición en numerosas novelas y películas, como Las uvas de la ira de John Steinbeck –quien la llamó “la ruta madre”- que posteriormente dirigiría John Ford. Esta famosa ruta, que se inauguró en el año 1938, es uno de esos viajes que se deberían hacer por lo menos una vez en la vida, a poder ser en una Harley Davidson o, en su defecto, en un Corvette. Para poder disfrutar de la América más tradicional y nostálgica, te proponemos una serie de paradas obligatorias que no puedes perderte.