MANCHESTER
Con un arco de entrada monumental, sus calles te permitirán teletransportarte a Asia.
Manchester es una ciudad situada al norte de Inglaterra cuyas dimensiones resultan perfectas para poderla visitar en apenas unas horas. Pasear por sus calles, en ocasiones, genera la sensación de estar recorriendo en realidad un pueblo grande y no una ciudad pequeña. Aunque hay una zona en concreto que, más que eso, lo que provoca es la falsa idea de haberse trasladado instantáneamente a otro país: Chinatown.
El barrio chino de Manchester merece reconocimiento no solo porque tiene la capacidad de teletransportar al viajero hasta China, sino porque se trata del segundo más grande de Inglaterra y del tercero en dimensiones de toda Europa. Sus límites y extensión no están del todo claro, porque según el mapa en que mires el barrio abarca más o menos espacio. Pero lo que sí podemos decir con certeza es que se encuentra en medio de la ciudad. Más o menos, entre la Biblioteca del Pórtico y Portland Street (oeste-este) y Princess Street y Charlotte Street (norte-sur).
Cabe apuntar que, al tratarse de un barrio, se puede acceder al Chinatown de Manchester desde distintos lugares. Sin embargo, no hay mejor forma de hacerlo que cruzar el arco de entrada, de nombre paifang, ubicado en la calle Faulkner. De hecho, se trata de uno de los monumentos más importantes del barrio, pues se trata de un arco de lo más monumental que fue construido en China y enviado por partes hasta Reino Unido porque Manchester quería hacerle un regalo a la comunidad china que vivía en su ciudad.
Bajo el paifang pueden pasar coches, pero lo cierto es que pocos turistas se resisten a esperar que cese el tráfico para colocarte ante el arco y fotografiarse con él al fondo; sus adornos con dragones y fénix son de lo más llamativos. No obstante, debes saber que pese a haber sido construido en 1986, ya ha tenido que ser restaurado dados los daños sufridos por estar expuesto a la intemperie.
Más allá del arco, en el Chinatown de Manchester hay casas con tejados puntiagudos, restaurantes chinos y otros comercios asiáticos. Como decíamos, recorrer sus calles es como hacer un pequeño viaje a China, pero sin salir de Inglaterra. Aunque para ser sinceros, podríamos incluso decir que es como hacer un viaje a Asia. Y es que salpicados allí y allá, también hay restaurantes japoneses o coreanos, por ejemplo.
Puede que no sea el barrio chino más grande ni cuidado del planeta y, para quienes hayan visto otros como el de Londres, puede quedarse algo corto. Sin embargo, si nunca has visitado un barrio chino, el de Manchester es ideal para hacerlo por primera vez.