Destinos que todavía son posibles
El calentamiento global, las catástrofes naturales y el propio ser humano son los causantes de que las ciudades que os mostramos a continuación vayan a desaparecer en los próximos cien años.
Como ha sucedido a lo largo de la historia con diferentes ciudades que fueron importantes, son muchas las urbes que hoy en día están amenazadas con un futuro inexistente. El calentamiento global, diferentes desastres naturales e incluso el mismo ser humano y su falta de previsión nos conducirán a ver cómo muchas ciudades quedan completamente destruidas.
Y sucederá dentro de poco. Apenas cien años separan a algunas de estas ciudades, la mayoría, de la destrucción absoluta. Otras, como Nueva York o Londres, dos de las ciudades que más vida albergan, tienen un futuro más duradero por delante, pero también en su caso empieza a hablarse de desaparición. A ello estamos destinados.
En un futuro casi inmediato, estas son las ciudades que, según diferentes expertos y estudios, no existirán dentro de un siglo.
Bangkok (Tailandia)
La capital de Tailandia, que es además la ciudad más poblada del país, tiene en el aumento del nivel del mar su principal problema. La ciudad se hunde cada año y se estima que en unas décadas las calles de ésta terminen convertidas en canales.
Ciudad de México (México)
Otra ciudad que se hunde; cada año, diez centímetros. La principal causa es la sobre-explotación de los acuíferos, de donde se extrae más del 70% del agua consumida en la ciudad. Las consecuencias de esto serán irreversibles si no se encuentra una solución que, de momento, no llega.
Daca (Bangladés)
Bangladés es un país muy complicado, pues solo el 20% de su territorio se eleva a más de 12 metros del nivel del mar. Además de el preocupante ascenso del nivel del mar, los estudios muestran un futuro asolado por catástrofes naturales: un estudio realizado entre Comprehensive Disaster Management Program de Bangladés y la Universidad de Tokio asegura que un terremoto que superaría la magnitud 7, acompañado de un posterior tsunami, lo destruiría todo.
Detroit (Estados Unidos)
En los últimos 70 años, Detroit ha perdido un millón de habitantes. Hoy en día, un porcentaje importante de edificios están abandonados y hay calles sin luz. Es la viva imagen de una ciudad a punto de ser abandonada. El alto desempleo, la violencia en las calles y la imposibilidad de encontrar una solución nos lleva a pensar que en cien años no quedará nada de la Detroit que un día brilló.
Goma (República Democrática del Congo)
Goma sufriría las consecuencias de estar situada a los pies del volcán de Nyiragongo, que en 2002 sepultó un tercio de la ciudad tras una erupción. Los diferentes expertos que estudian su actividad señalan lo que puede pasar en un futuro próximo: una erupción de mayor envergadura que destruirá por completo la ciudad.
Nápoles (Italia)
A menos de diez kilómetros de Napoles, el Vesubio amenaza la ciudad como amenazó en su día a Pompeya. Todos sabemos cómo terminó aquello. El Vesubio emerge cada cien años, aproximadamente, y su última erupción se dio en 1944. Sus consecuencias podrían ser fatales y algunos expertos no tienen dudas: Napoles quedará sepultada como sucedió con Pompeya.
San Francisco (Estados Unidos)
Los recientes estudios, realizados en su mayoría por universidades de la propia California, advierten de las altísimas posibilidades de que un gran terremoto destruya por completo la ciudad en las próximas décadas. Este sismo superaría la magnitud 7 y podría afectar incluso a núcleos cercanos a San Francisco.
Seattle (Estados Unidos)
Como sucede con San Francisco, la ubicación de Seattle juega en su contra. Situado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, se espera que un terremoto que alcanzaría la magnitud 8 destruya la ciudad en los próximos cincuenta años.
Venecia (Italia)
Quizá el caso más conocido, por la importancia turística de la Ciudad de los Canales. Venecia se hunde, siempre se ha hundido, pero en los últimos 100 años el ritmo de hundimiento ha aumentado hasta plantearnos su próxima destrucción. Por poner un ejemplo, mientras que hace un siglo la famosa Plaza de San Marcos se hundía 9 veces al año, ahora lo hace más de 100.