LISBOA
La Torre de Belém no solamente se ha convertido en todo un emblema de la ciudad de Lisboa, sino también de Portugal. Descubramos su historia a través de estos datos curiosos.
La Torre de Belém, poco a poco y con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los grandes emblemas de Lisboa, la capital de Portugal. Fue construida entre 1516 y 1519, bajo la orden del Rey Manuel I de Portugal. El monarca no dudó un solo segundo en hacer este encargo a Francisco de Arruda, cuyo trabajo destacaba en construcciones defensivas.
Al proyecto se sumó Diego de Boitaca, arquitecto de confianza de Manuel I. De hecho, por aquel entonces, él se encargaba de las obras del conocido Monasterio de los Jerónimos, siendo una de las edificaciones donde más destaca el estilo manuelino. Un estilo absolutamente espectacular y único que únicamente se dio en este país.
Una de las cuestiones más curiosas es que este peculiar estilo tiene una característica fundamental: la gran profusión ornamental. Algo que, en un principio, no case mucho con esta torre defensiva. Porque sí, en sus inicios la Torre de Belém estaba destinada a controlar el tráfico marítimo desde un punto de lo más estratégico como es la desembocadura del Río Tajo en el mismísimo océano Atlántico.
Así pues, es el momento más que perfecto para descubrir una serie de curiosidades de esta conocida Torre portuguesa que, desde luego, no te dejarán indiferente. Es más que evidente que, incluso, llegarás a verla de una manera completamente distinta. ¡Pero siempre a mejor!
La historia del Rinoceronte de la fachada oeste
Como hemos mencionado, la Torre de Belém es de estilo manuelino por lo que, evidentemente, tiene muchísimos detalles escultóricos. Entre todos ellos hay uno que destaca y llama mucho la atención. Estamos hablando, cómo no, del rinoceronte que está tallado en la fachada oeste de la Torre. Nos recuerda que, desde la India, regalaron este animal al rey Manuel I de Portugal. Fue todo un acontecimiento, ya que era muy extraño ver un rinoceronte en este continente. Por lo tanto, se decidió tallarlo para que quedara constancia de este hecho.
Antiguamente, estaba rodeada de agua
En la actualidad, para poder acceder al interior de la Torre de Belén, tan solo tenemos que cruzar una pasarela. Pero no siempre ha sido así ya que, originalmente, este monumento estaba perfectamente rodeado de agua. Muy cerca de este lugar se encontraba la antigua Playa de Restelo así como un puerto. Desde él partían las naves hacia las colonias, en la época en la que Portugal era una de las mayores potencias marítimas.
Los diversos usos de la Torre de Belém
Una de las curiosidades que más llama la atención de esta edificación es que, a lo largo del tiempo, se ha hecho diversos usos de ella. Es evidente que se construyó por cuestiones defensivas pero, con el paso de los años, también tuvo otro tipo de funciones. Entre ellas, ser un faro para navegantes pero también un lugar para recaudar impuestos. Es más, en la parte más baja de la torre y desde el siglo XVI, se encerraba a los presos.
En la actualidad no se utiliza para nada más allá que no sea la recepción de turistas ya que, evidentemente, estamos ante uno de los grandes tesoros de la historia de Portugal. Por ese mismo motivo la Torre de Belém fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.