Évora te espera el Puente de Mayo
Évora es una de las ciudades con más historia de Portugal y cuenta con un centro histórico tan bien conservado que se conoce como la Ciudad Museo. Se encuentra en la comarca del Alentejo, cuenta con cincuenta y seis mil habitantes y es la única ciudad del país luso que es miembro de la “Red de ciudades más antiguas de Europa”.
Es la capital de la región de Alentejo y es una zona eminentemente agrícola y turística: recibe más de un millón de turistas al año y para hospedarse tienen una buena red de establecimientos desde los hoteles de lujo a pensiones y establecimientos tradicionales típicos. La gastronomía es también su punto fuerte y la cocina tradicional se hace a base de carne de cerdo y cordero: la sopa de tocino, la sopa verdolaga, la caldereta de cordero y los “Pezinhos de Porco” –manitas de cerdo- en cilantro, son plantos imprescindibles que no nos podemos perder.
Vamos a destacar cinco de los lugares imprescindibles que tenemos que visitar en Évora, pero tenemos que recordar que toda la ciudad es un monumento en sí mismo, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
Templo romano de Diana. Este templo es un auténtico símbolo de la ciudad de Évora y uno de los monumentos romanos mejor conservados de Portugal y de toda la Península Ibérica. Fue construido en el siglo I d,C. Está formado por 14 columnas corintias coronadas con mármol de Estremoz. Tiene un muy estado de conservación dado que fue tapado durante su transformación en fortaleza en la Edad Media y no se dejó al descubierto hasta su restauración en el siglo XIX.
La Catedral de Évora. Es considerada la mayor catedral medieval portuguesa. Fue construida en el siglo XIII, en estilo gótico de transición y también contiene elementos románicos. Tienen una sobria fachada de granito, flanqueada por dos robustas torres coronadas por agujas góticas mientras que los muros de la nave central están coronados por almenas. En el interior se encuentra un altar barroco con una imagen de la Virgen encinta del siglo X. El claustro es de estilo gótico y fue construido entre 1322 y 1340, desde su terraza hay unas maravillosas vistas sobre Évora.
Capilla de los Huesos del Convento de Säo Francisco. El Convento del San Francisco, fue el primero construido por la Orden en Portugal bajo el mandato de D. Manuel y es uno de los mejores ejemplos del estilo tardo-gótico del Alentejo. Dentro del convento se encuentra una escalofriante capilla del s. XVI, recubierta de más de 5.000 calaveras y millares de huesos; es una reflexión sobre la frágil condición humana e invita a meditar sobre la vida eterna. Sobre la puerta de la capilla se muestra el siguiente mensaje: “Nosotros huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos”. En la pared del fondo, se encuentran dos esqueletos completos que la leyenda dice que son de un hijo que maltrataba a su madre y del padre que lo consentía; la madre les lanzó una maldición: “Que la tierra de vuestras sepulturas no os destruya”, y parece que la maldición se cumplió, pues ahí siguen.
El Acueducto da Água de Prata. Es un acueducto monumental proyectado por Francisco de Arruda –el creador de la Torre de Belèm de Lisboa- para transportar el agua limpia a la ciudad. Sus obras finalizaron en 1530. Se puede dar un paseo de ocho kilómetros y medio empezando desde las afueras de la ciudad de Évora, para adentrarnos en el final del Acueducto, en la Rua do Cano donde comienza el centro de la ciudad que está salpicado de casas y tiendas.
Termas romanas. Se encuentran el vestíbulo de la Cámara Municipal de Évora. Es un conjunto de restos romanos excepcionalmente bien conservado y que fueron descubiertos muy recientemente, a raíz de unas obras, en 1987. Cuentan con un laconium (sala caliente para baños y vapor) con una piscina circular de 9 metros de diamétro. También incluye un Natatio –una piscina al aire libre- y un Preafurnium, que servía como sistema de calefacción central para las salas adyacentes.
Estas cinco construcciones son solo un pequeño ejemplo de lo que podemos disfrutar de una ciudad como Évora que es toda ella un monumento.