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Un país sorprendente

Descubre Corea del Norte como destino turístico

Corea del Norte se ha convertido en el protagonista de todos los titulares durante los últimos meses por motivos nada positivos. Un país rodeado de misterio y de secretismo… ¿Cómo sería visitarlo? ¡Es hora de descubrir Corea del Norte como destino turístico!
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Hablan de él como el peor país del mundo, un país en el que la represión y la opresión están a la orden del día y en el que prácticamente nadie sabe nada del exterior. Hermetismo absoluto y muchos mitos que encuentran su base en todo el secretismo que rodea al país. Hablamos, por supuesto, de Corea del Norte. Ese ‘enemigo’ al que todos tememos y cuyas armas nucleares ocupan titulares día sí y día también, ese país del que se conoce poco y todo lo que se sabe es cuanto menos negativo. ¿Puede un lugar así convertirse en un destino turístico? ¿Es posible visitar Corea del Norte como un turista más?

Unas preguntas que se hacen a menudo esos viajeros intrépidos y aventureros que están deseando conocer qué hay detrás de todas las noticias, del hermetismo del país y de las historias que cuentan quienes han tenido la oportunidad de visitarlo. Corea del Norte no destaca precisamente por su belleza, si bien es cierto que posee algunos atractivos turísticos, pero se ha convertido en un destino imprescindible para muchos.

Aunque parezca mentira, sí existe la posibilidad de visitar Corea del Norte y su capital, Pyongyang, como turista. Eso sí, no te imagines paseando por sus calles como paseas por Oxford Street o visitando sus monumentos como has hecho en tus viajes a Austria, Italia o Francia. Allí el turismo es completamente diferente.

Para poder viajar a Corea del Norte tendrás que contratar este viaje con una agencia aprobada por el gobierno, además de pedir un permiso con aproximadamente un mes de antelación. Normalmente no suele haber problema a la hora de la aprobación de este permiso, salvo para el caso de las personas con la nacionalidad de Corea del Sur y algunos casos especiales. En cuanto al tema de la agencia, tendrás que comentar cuales son los lugares del país que te gustaría visitar y ellos te organizarán el itinerario.

Pero eso no es todo. Existen una serie de normas que todo turista debe respetar si quiere que su visita sea un éxito. Por ejemplo, nadie podrá hacer turismo por Corea del Norte sin estar acompañado por dos guías. Dos personas que pasarán contigo las 24 horas del día, llegando a dormir en el mismo hotel en el que te hospedes, para evitar que por las noches saques tu vena de Indiana Jones e investigues por tu cuenta. Además, otra de las normas que sorprende bastante es aquella que señala que todo turista debe visitar los monumentos de Kim Il-Sung y presentarle sus respetos.

Otro de los aspectos que estará bastante controlado es el de los dispositivos electrónicos, especialmente el de las cámaras. Ningún turista podrá tomar fotos sin antes tener el permiso de los guías que le acompañan. De la misma manera que está prohibido traer información del exterior, por así decirlo, también está muy restringido todo lo que queramos sacar del país. El turismo es una de las ramas que Corea del Norte está utilizando para cambiar su imagen, mostrando un país en el que todo el mundo tiene lo necesario para vivir y todos son aparentemente felices. Una imagen que no termina de convencer a nadie.

Fuera de las normas y de las restricciones, puede parecer curioso pero Corea del Norte posee maravillas que merecen ser visitadas. Los monumentos de Pyongyang, colosales como pocos, te dejarán sin habla, así como los diferentes conjuntos de tumbas o el Palacio del Sol, pero su naturaleza es uno de sus aspectos más desconocidos y más atractivos del país. Sin ir más lejos, el lago Tianchi, en un enorme cráter, te regalará una de las vistas más espectaculares que contemplarás en tu vida.

Incluso los lugares más oscuros, aquellos en los que la libertad prácticamente no existe ni como palabra y en los que las personas viven una realidad que se aleja de la justa, la naturaleza sigue haciendo de las suyas y dándonos regalos únicos. Incluso los lugares más herméticos y secretos del planeta se abren al turismo, un turismo que en Corea del Norte es extraño, diferente, pero revelador.