LUXEMBURGO
Tiene apenas unos 300 habitantes, sus casitas en tonos blanco y gris son preciosas y las vistas desde su castillo, inmejorables.
Luxemburgo es, por sí mismo, un país que muchas personas no tienen en sus listas de viajes pendientes. Quizá sea por su tamaño, pues cuenta apenas con 640.064 habitantes, que los viajeros piensan que no merece la pena visitarlo. Pero nada más lejos de la realidad. Y, además, no es su capital lo único que merece la pena. En Luxemburgo hay lugares, como el pequeño pueblo de Esch-sur-Sûre, que seguro que te encantarían si les dieras la oportunidad.
En realidad, cuando hablamos de Esch-sur-Sûre puede que lo estemos haciendo del pueblo más bonito de todo Luxemburgo. Eso no está claro, pues tiene alguno que otro más con el que competir, pero lo que sí podemos afirmar es que se trata de la segunda localidad más pequeña de todo el país.
Los turistas que decidan visitar Esch-sur-Sûre lo harán en calma, puesto que allí solamente viven alrededor de 300 personas. Tampoco es un lugar masificado como consecuencia del turismo, por lo que recorrer sus calles es algo que se puede hacer con mucha calma. También su ubicación invita a hacerlo, pues está enclavado en un valle rodeado de pequeñas colinas y sus casas se apiñan en el meandro del río Sûre.
Recorrerlo con calma, como decíamos, es una de las mejores cosas que pueden hacerse allí; sus casas blancas con tejados grisáceos son encantadoras. Pero por supuesto, nadie puede dejar de visitar las ruinas de un antiguo castillo que presidió el pueblo desde su parte más alta hace más de diez siglos. Actualmente tan solo se conservan en pie algunas de sus torres y un trozo de las murallas. Pero pese a eso merece la pena subir hasta allí, incluso aunque haya una larga caminata hasta alcanzar la cima.
¿Por qué? Pues porque lo poco que queda de ese castillo cuenta una parte de la historia de Esch-sur-Sûre. Pero además, porque la altitud a la que se encuentran estos restos regala una panorámica preciosa del pueblo y de los alrededores. Desde allí se aprecian los tejados grises de las edificaciones de la localidad. Pero también el verde (y los ocres, según la época del año) de la frondosa vegetación que hay en los bosques que se extienden más allá de ellas.
Además, hay algo muy interesante que podemos contarte sobre Esch-sur-Sûre y su castillo, y es que no siempre se ha llamado así. Ya en el siglo VIII había documentos que hablaban de un pueblo llamado Asko y, en el siglo X, empieza a ser nombrado el castillo de Asko también. Pero con el tiempo, Asko pasó a llamarse Asch y, más tarde, Esch. De este modo, Esch-sur-Sûre viene, por un lado, de esa evolución. Pero por otro, del hecho de que como mencionamos antes, está atravesado por el río Sûre.