Una visita a Nantes
Nantes es la sexta ciudad más grande de Francia, está situada en la desembocadura del río Loira, y su castillo es el último de la majestuosa ruta del valle del Loira. Esta urbe esconde infinidad de curiosidades entre sus calles, y descubriremos algunas de ellas en las siguientes líneas.
Podemos comenzar con referencias a grandes nombres de la literatura universal, y es que Nantes es la ciudad que vio nacer a Julio Verne (1828 – 1905). El escritor y creador de fantásticas aventuras ansiaba montarse en un barco y visitar países exóticos, pero su padre le pilló escabulléndose, obligándole a viajar con su imaginación. Podemos visitar la casa-museo de Julio Verne, se encuentra en una de las partes más altas de la ciudad y desde ella se ve el río y el puerto.
Otro aspecto que probablemente desconozcan muchas personas es que las famosas galletas LU se fabricaban aquí. Esas deliciosas galletas de mantequilla se inventaron en Nantes. Actualmente solo queda una pequeña parte de la antigua fábrica, que hoy en día es un centro cultural “Lieu Unique”. Un nombre perfectamente escogido. Aquí se desarrollan exposiciones, talleres, y cuentan con una amplia programación de artes vivas. Y por supuesto, una fiesta de vez en cuando no les falta. También podemos ir a tomar un café o para disfrutar de una comida agradable.
A pesar de su pasado industrial, Nantes es una ciudad muy cultural y abierta. Es una ciudad para vivirla en el exterior, y de hecho la mayor parte de bares a ambas orillas del río Loira abren de abril a octubre. Además, hay un gran número de intervenciones artísticas por la ciudad, y las rutas para visitarlas, suelen tener lugar en los meses de primavera y verano.
Retomando el pasado de esta población, en época colonial salían muchos barcos con destino a África para conseguir esclavos que serían vendidos en el viejo continente. Hoy en día, a lo largo de una de las orillas del río, veremos placas en el suelo y un memorial a todas aquellas personas africanas que fueron traídas a la fuerza a Francia para comerciar con ellas.
Otro edificio nantés que está viviendo una segunda vida es el Hangar Bananas, al que llegaban los barcos cargados de bananas. Hoy en día está repletos de bares, restaurantes y espacios de trabajo. Además, las terrazas de estos establecimientos miran directamente al Loira, y son ideales para pasar una velada estival.
Seguramente muchos desconozcan que en Nantes hay un edificio de viviendas diseñado por Le Corbusier. Al fin y al cabo, la arquitectura es otro de los elementos que destacan en esta ciudad. Pues, a menudo encontraremos contrastes entre los edificios clasicistas que nos recuerdan a París, y otros completamente rompedores y vanguardistas. Tales contrastes se traducen en una convivencia armónica entre el pasado y el futuro.
Nantes no solo fue el hogar de los duques de Bretaña, sino que a lo largo de la historia ha ido evolucionando y adaptándose.