HOTEL SINGULAR EN CANADÁ
Se llaman Eryn, Eve y Melody y son tres habitáculos redondos, o tres cápsulas, construidas en 1997 por el carpintero Tom Chudleigh. Un trabajo complicado que le llevó dos años terminar, ya que las esferas son curvas, hasta las puertas lo son. Y las tres se sustentan en árboles con cables, con un interior de menos de tres metros de ancho.
¿Pero para qué las construyó? Pues para que en ellas uno se pueda alojar como si de un hotel se tratara. ¿Y a quién le puede interesar colgarse de repente en medio del bosque, dentro de una esfera de madera?. Desde luego, no a cualquier persona, solamente a aquellos a los que les compensa el silencio o sentirse como un pájaro, al menos durante una noche. Sin duda, este es el alojamiento más barato a un par de horas de Vancouver. Y ojo, porque no dispone de baño, pero si de un equipo de música.
Eve, la primera, está construida con tiras de cedro y dispone de cuatro ventanas, edredón, una cómoda cama individual cubierta, un sofá para sentarse, armarios y espacio con una encimera en la que encontrarás agua purificada para preparar un té o un café. Ideal para una o dos personas, eso si entre las dos no superan los 137 kilos. Pintoresca, y acogedora por dentro, tiene un pequeño calentador eléctrico en el suelo. Está ubicada en las ramas de un bosque de cedro y arces.
Eryn, la segunda, es una esfera artesanal más grande que Eve y más elegante. Ubicada en una arboleda de cedro y abetos que le dan total privacidad, y a un corto paseo de la casa donde se encuentran los baños, para llegar hay que pasar a través de una pasarela elevada, hasta una plataforma con una escalera de caracol que conduce a la puerta. Eryn tiene edredón, cama doble y una cama alta. Ideal para tres personas. Cuenta con cinco ventanas que incluyen una claraboya, calefacción eléctrica y una pequeña cocina. Además de sofá y agua purificada para preparar té y café.
Para llegar a Melody, la tercera, hay que dar un corto paseo por un puente y subir unas cuantas escaleras en espiral alrededor de un árbol. Cuenta con cinco ventanas, una pequeña cocina, agua purificada y todo lo necesario para preparar té y café. Tiene asientos de banco, grandes ventanales y dos mesas que se pliegan hacia abajo. Un cómodo edredón cubierto y cama doble para dos personas. Y dispone de una letrina de compostaje eléctrica privada adyacente a la esfera. Con calefacción eléctrica, para pasar una noche perfecta o para estancias más largas.
Las instalaciones incluyen un retrete inodoro de compostaje compartido que se encuentra en la base de las esferas. Y al otro lado de la laguna central, a unos 60 metros de las esferas, hay otros dos baños, dos duchas, una sauna y una terraza cubierta con barbacoa y recursos para un picnic. Las esferas disponen de ropa de cama y toallas. Además, al llegar te sirven un aperitivo de cortesía.
Cada esfera está cableada para poder traer tus propios dispositivos de música o de vídeo, y se han construido altavoces para experimentar un verdadero sonido envolvente. El movimiento es un suave balanceo, lento, al vaivén del viento. Las ataduras de cuerda son casi verticales, lo que permite a los árboles moverse mientras la esfera apenas lo hace.
Dormir dentro de Eryn, Eve o de Melody cuesta entre 100 y 150 €, sin desayuno. Están disponibles todas las noches y están situadas a unos 30 kilómetros al norte de Parksville, cerca de Qualicum Bay, un lugar ideal desde el que descubrir las Cuevas del Lago Horne, el estrecho de Georgia y el Monte Washington. Y todo balanceándote suavemente en tu esfera.
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Free Spirit Spheres