El encanto de La Habana Vieja

Noviembre es un buen mes para viajar a Cuba porque ha pasado ya la época de riesgo de huracanes en la isla y una de las visitas obligadas una vez llegas al país, una que no puedes eludir aunque viajes con la sola intención de disfrutar de las playas cubanas del mar Caribe es La Habana Vieja, la zona más antigua de la capital cubana y el rincón más histórico, artístico y literario de la ciudad... y de todo el país.

La Habana Vieja es, como su nombre anticipa, vieja; es vieja porque es antigua e histórica, es de hecho la zona más antigua de La Habana, y es vieja porque durante décadas fue viniéndose a bajo sin que se invirtiera un peso en su restauración ahora bien, como sucede con todos los lugares viejos, La Habana Vieja atesora el peso mismo de su historia y aun con una conservación tan irregular es, con todo derecho y razón, Patrimonio de la Humanidad.

Podemos seguir las huellas de La Habana primera, las de La Habana colonial de arquitectura española y las de La Habana americana que vino después y, sobre todo, podemos seguir las huellas de Hemingway en el Hotel Ambos Mundos (siete años vivió en él Hemingway, el autor de Fiesta o El Viejo y el Mar y también el protagonista de una de las amistades literias más terribles, la que lo unió y lo separó de Francis Scott Fitzgerald, el autor de El Gran Gatsby) y en La Floridita, uno de los restaurantes frecuentados por el escritor. Y no solo eso: podemos visitar la Catedral y su coqueta plaza, colarnos en La Bodeguita del Medio y disfrutar de un mojito, caminar las calles de la ciudad y descubrir edificios tan emblemáticos como el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, que es además sede del Ballet Nacional de Cuba, el edificio Bacardí o el del hotel Inglaterra, otro de los hoteles emblemáticos de La Habana Vieja.

¿Más edificios emblemáticos de La Habana Vieja? El espectacular Palacio barroco de los Capitanes Generales, el Museo Nacional de Bellas Artes y por supuesto El Templete, un edificio que es Patrimonio Histórico y está ubicado en la Plaza de Armas de La Habana Vieja.

Resulta fácil perderse por La Habana Vieja, dejarse arrastrar por su encanto y también por su rostro amargo, el de la decadencia y la pobreza, por eso lo mejor es pasearla mapa en mano y tener en cuenta que esta ciudad histórica se organizaba alrededor de sus plazas que son cinco: la de la Catedral, la de Armas, la de San Francisco, la Vieja y la del Cristo; tampoco querrás perderte los castillos y fortalezas históricas de La Habana Vieja, en la plaza de Armas verás el Real Fuerza, en el Parque Histórico Militar Morro Cabaña el de San Carlos de la Cabaña y al otro lado de la bahía el de Tres Reyes Magos del Morro.

La Habana Vieja es la ciudad que fue y a la vez la que pudo ser, es una antigua ciudad colonial española y una ciudad americana con capitolio y todo, es todo eso y es La Habana misma, es, sin duda, un lugar del mundo que merece la pena conocer.

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