A UN PASO DE ODENSE
La isla de Fionia presume de ser uno de los vergeles de Dinamarca. Dedicada tradicionalmente a la gricultura, no faltan miles de jardines en cada ciudad, enmarcados en parques gigantes de lomas de cuidado césped, junto a bosques tupidos y en las puertas de las casas, tanto en la ciudad como en los numerosos pueblitos que aun hoy siguen cosechando cereales y todo tipo de alimentos. De hecho, es una de las regiones más ricas del país.
Su capital es Odense. Tercera ciudad de Dinamarca, basta una hora y media para llegar allí desde Copenhague en tren. Su nombre significa 'el santuario de Odín', el mítico dios escandinavo, y su historia se pierde a lo largo de los siglos. No en vano, es una de las ciudades más antiguas del país, con más de 1.000 años. Su ciudadano más famoso, eso sí, es más reciente, aunque no por ello de nuestros días. Se trata de Hans Christian Andersen, el famoso escritor de libros infantiles. Es por ello que, en Odense, buena parte del turismo local gira en torno a su figura y, sobre todo, se enfoca a los más pequeños.
Es visita obligada la casa natal del escritor, reconvertida en museo y en donde se realizan actividades todo el año, aunque más en verano, con representaciones a lo largo del día de sus muchos cuentos. Pero hoy nos alejamos un poco del centro urbano y nos vamos a los alrededores de Odense. Concretamente a una granja muy especial. Con el nombre de 'Den Fynske Landsby' ('La Granja Fionia') encontramos un rincón donde el tiempo parece haberse detenido. Y es que allí todo transcurre tal cual era en los tiempos de Andersen.
En esta granja, compuesta por una docena larga de edificios tradicionales, así como establos y demás lugares propios de una granja danesa, es posible experimentar cómo era la vida en Fionia hace dos siglos, el contexto en el que el famoso escritor desarrolló su vida y su obra. Allí todo el mundo viste trajes tradicionales de aquella época y solo los turistas tienen permitido entrar con ropa del siglo XXI. En verano se recrea durante todo el día la vida de aquel entonces, con la posibilidad de formar parte del trabajo. Así, se ve cómo se recoge la siembra, cómo se hornea el pan o se lava en las fuentes del río.
No faltan talleres artesanos, aunque son los animales los que hacen las delicias de los pequeños. Hay muchas ocas, protagonistas de cuentos escandinavos como las aventuras de Nils Holgersson, pero también cerdos, gallinas, vacas... Los caballos de la granja son de Frederiksborg, una de las cuadras más antiguas de Dinamarca. Estas semanas, además, todos corren libres por la granja, lo cual es muy divertido.
Abierta de 10 a 18 h. de martes a domingo, se encuentra al sur de la ciudad. Es posible llegar en bus urbano (el número 110 o el 111), pero también en barco, desde el centro de Odense, en un paseo de 20 minutos muy especial. Ofrecen visitas guiadas en inglés de 75 minutos y permiten llevar nuestra comida y bebida, aunque también se puede comprar dentro del complejo. Imposible ir en familia a Fionia y no querer pasarse por esta granja tan especial... ¡encima con actuaciones de las obras de Anderssen en un escenario mucho máyor que el de la casa museo!
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