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Asia

Escapada a Ningbó, la ciudad de los canales en China

Shanghai, al otro extremo de la bahía de Hangzhou, le roba protagonismo a esta ciudad, una de las más antiguas de la costa central de China.
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A pesar de ser una de las ciudades costeras más antiguas de China, Ningbó es una gran desconocida incluso para quienes suelen viajar al 'gigante asiático' con frecuencia. La razón la encontramos en su vecina del norte, Shanghai, y es que la megalópolis ocupa el extremo contrario de la bahía de Hangzhou y su skyline multicolor desvía las miradas curiosas a ese lado del mar. Sin embargo, los que se deciden a explorar también la otra orilla son afortunados, pues tienen la suerte de descubrir no solo uno de los puertos comerciales más importantes en la actualidad, sino también una ciudad que se podría definir como experimento urbano y cuya especial fisonomía ha permitido unas infraestructuras y un crecimiento mucho más sostenido y ecológico que en otras grandes urbes de China. La confluencia de los ríos Yuyao y Fenghua ha permitido la creación de un buen número de canales fluviales dispuestos en forma de círculos, por lo que no sería exagerado decir que estamos ante una Ýmsterdam asiática (en este caso, con 7,6 millones de habitantes). Esto ha permitido la construcción de numerosos puentes de estilo contemporáneo, así como un gran número de paruqes y zonas ajardinadas que ha convertido el centro de la ciudad en un vergel de nuevas infraestructuras, a las que se suma un puerto deportivo de última tecnología, donde no es difícil ver grandes yates allí varados. Desde la construcción del puente sobre la bahía de Hangzhou, Ningbó y Shanghai están a apenas dos horas y media en coche, por lo que una escapada hasta aquí es más que posible sin necesidad de pasar la noche. Quien pueda, tendrá la oportunidad de conocer el templo Baoguo, la estructura de madera más antigua de toda China y en el que se pueden ver vestigios de diferentes dinastías, entre ellos un salón de la dinastía Ming y dos salones y una torre realizados durante la dinastía Qing. Más grandes son los templos de Chenghuang, construido en 1347 en un área de 4.700 m², y Asoka, budista del año 282 d. C. con 600 habitaciones que ocupan un área total de 14.000 m² y que preside un gigantesco Buda dorado. Mucho más reciente es el Museo de Ningbó, diseñado por el arquitecto Wang Shu (Premio Pritzker 2012) y que muestra la historia y costumbres tradicionales de la región. Comarca, por cierto, que fue la cuna de Chiang Kai-shek, el héroe nacional chino hasta la llegada de la Revolución Maoísta. Se puede visitar su casa museo y ya, de paso, el pabellón Tianyi, la biblioteca más antigua de China. Demasiados hitos para una ciudad de la que pocos saben de su existencia en Occidente...