Vamos a soñar con los viajes de verano
Soñar y pensar en las vacaciones puede ser un buen aliciente en estas jornadas de soledad: vamos a hacer planes para conocer Malta.
Nos queda un mes para la primavera, quizá en esa época sea un poco prematuro pensar en viajar… vamos a soñar con ello. Uno de los lugares más desconocidos es el archipiélago de Malta; vamos a hacer un pequeño recorrido por él y así estará en nuestra lista de deseos de viaje para cuando recuperemos la normalidad.
Tendremos más ganas que nunca de viajar y además, tras estos días grises, disfrutaremos mucho más de cualquier plan. Vamos a hacer un viaje virtual por Malta que nos abra las ganas de soñar con nuestros planes veraniegos.
Debemos de visitar Mdina: la antigua capital de Malta y una ciudad que permanece grabada en la memoria y en la retina de quien la visita. En cierta forma ya la conocemos porque fue el lugar de muchas escenas de Juego de Tronos. Es conocida como la “Ciudad del Silencio” por la tranquilidad de sus calles, en muchos casos peatonales. Una buena forma de disfrutarla es coger uno de los típicos karrozzin: elegantes calesas tiradas por caballos.
Mdina es una ciudad fundada por los fenicios en torno al año 1000. Escogieron colocarla en una meseta en el centro de Malta para poder beneficiarse de sus ventajas defensivas. Esta posición privilegiada le permite tener una vista panorámica de 360º de toda la isla. Una de las visitas imprescindibles es la terraza de la Fontanella, un delicioso restaurante dentro de las murallas que, además de por sus deliciosos pasteles caseros, es famoso por sus vistas.
Otro de los planes imprescindibles en Malta es visitar sus innumerables conventos y monasterios, pero los que no se encuentren dentro de los circuitos turísticos más comunes. Vamos a hacer un recorrido por alguno de ellos.
El Convento Dominicano, Birgu: dedicado a Santo Domingo, que destaca por su grandiosidad.
El convento de los Capuchinos, Kalkara: dentro del cual se encuentra una hermosa estatua en honor a Nuestra Señora de Lourdes.
El Priorato de Santo Domingo, Rabat: se comenzó su construcción en 1457 y fue tomado por los otomanos en el siglo XVI como fortificación para atacar la Mdina; fue empleado en Juego de Tronos para representar la Fortaleza Roja.
El Monasterio de San Pedro, Mdina. Se encuentra en el centro de la Ciudad del Silencio y es la institución más antigua de monjas de la isla. Se cree que se estableció entre 1418 y 1430.
El Convento de San Agustin, Valletta. La primera piedra de su construcción fue colocada en 1571 y de ese momento datan, además de la iglesia, la sacristía, el oratorio y el convento de San Agustin. Pero sus anexos se distribuyen por varias calles de la capital, lo que la convierte en una de las mayores edificaciones religiosas del archipiélago.
Cristo Rey, Birkirkara: se encuentra a las afueras de la ciudad, y es uno de los conventos más modernos del archipiélago.
El Seminario del Arzobispo, Rabat. Se encuentra en una zona muy tranquila, en Tal Virtu y no podemos perdernos su visita.
Y después de este recorrido, se nos hace la boca agua pensando en reponer fuerzas con un buen queso o un maravilloso embutido acompañado de una copa de buen vino. Este picoteo es un plato típico en las islas.
Tras este periodo de confinamiento, saldremos reforzados y aprenderemos a disfrutar de las mejores cosas de la vida, las más sencillas: un buen paseo, unas buenas vistas, la historia que encierran numerosos monumentos y un sencillo plato de embutidos acompañados de un buen vino.