FRANCIA
Viajamos hasta Francia, concretamente a Burdeos, para conocer la impactante historia que esconde la Gran Campana.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad francesa de Burdeos. Allí encontramos un gran número de monumentos, construcciones y rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en la conocida como Gran Campana de Burdeos.
La “Grosse Cloche” es considerada, indudablemente, como uno de los rincones más importantes y más fotografiados de la ciudad. Y no es para menos. Por si fuera poco, también es uno de los monumentos más antiguos de Burdeos puesto que su origen nos hace remontarnos a varios siglos atrás. Y es que estamos ante uno de los restos de las antiguas murallas de Burdeos. La Gran Campana era, realmente, una de las puertas principales.
Situada en pleno corazón de la ciudad, debemos tener en cuenta que su peculiar sonido ha marcado un gran número de momentos realmente importantes para la historia de la ciudad. En la actualidad sigue sonando, aunque con bastante menos frecuencia. Suena a las 12 horas del primer domingo de cada mes, pero también en seis grandes celebraciones: 1 de enero, 1 de mayo, 8 de mayo, 14 de julio, 28 de agosto y 11 de noviembre.
La Gran Campana de Burdeos, a través de su historia
Data de la Edad Media, puesto que la base de esta construcción se erigió en el siglo XIII. Eso sí, la parte superior se añadió bastante después, concretamente en el siglo XV. Como curiosidad, esta puerta de la muralla era una de las principales, entre otras cuestiones, porque por ella pasaban los peregrinos que estaban haciendo el Camino de Santiago.
Originalmente tenía seis torres pero actualmente solo se conservan dos que están perfectamente unidas por un edificio central. Cada una de estas torres tiene una altura de 40 metros. La puerta llegó a ser el campanario oficial del Ayuntamiento ya que se utilizaba, entre otras cuestiones, para avisar tanto de las vendimias como incendios. Un dato curioso a destacar es que la campana llegó a ser reemplazada hasta en seis ocasiones porque se rompían.
La que encontramos en la actualidad data del año 1775 y fue realizada por Jean-Jacques Turmel. Tiene dos metros de alto y dos de diámetro en la parte inferior y un metro en la parte superior. En cuanto al peso, es de 7.750 kilos y tiene un nombre de lo más peculiar: Armande Louis.
Años antes de la instalación de esta campana, concretamente en 1759, se decidió colocar un reloj que sigue funcionando en la actualidad. Por aquel entonces era una gran innovación puesto que los habitantes de Burdeos podían saber qué hora era sin necesidad de fijarse en el campanario de la Iglesia.
Otro dato curioso a destacar es que esta construcción, en el pasado, fue utilizada como prisión. Allí eran encerrados los jóvenes que causaban problemas. Es más, a día de hoy se pueden ver diversas celdas. Tal es la historia que guarda esta Gran Campana de Burdeos que en 1886 fue declarada Monumento Histórico.