ALEMANIA
Viajamos hasta la capital de Alemania para conocer la sorprendente historia que esconde su Catedral. ¡No te dejará indiferente!
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a una de las capitales europeas más impresionantes, más impactantes y que cada vez recibe a más visitantes. Estamos hablando, como no podía ser de otra manera, de Berlín. Allí encontramos un gran número de rincones, monumentos y construcciones que no dejan indiferente a nadie.
Un claro ejemplo lo encontramos en su Catedral. Sin duda, por su historia, belleza y arquitectura, se ha convertido en una de las edificaciones más fotografiadas de la capital de Alemania. Cada vez son más las personas que se acercan hasta ella para dejarse llevar por su encanto.
Para comenzar, debemos tener en cuenta que esta construcción se erigió entre los años 1895 y 1905. El lugar escogido para ello no fue producto de la casualidad puesto que, anteriormente, en este terreno había una catedral barroca erigida por Johann Boumann cuyas obras terminaron en 1747. Eso sí, gracias al trabajo del arquitecto Karl Friedrich Schinkel, sufrió una importante remodelación en 1822 donde destacó el estilo neoclásico.
A pesar del enorme esfuerzo que supuso esta originaria construcción, lo cierto es que la catedral fue demolida en 1894 tras la orden impuesta por el Emperador Guillermo II. Fue entonces cuando esta edificación se reemplazó por la que conocemos actualmente, en estilo neobarroco y diseñada por el reconocido arquitecto Julius Raschdorff.
Una etapa a tener en cuenta en la historia de la Catedral de Berlín nos hace viajar a la Segunda Guerra Mundial, cuando la construcción sufrió graves daños como consecuencia de los bombardeos. No fue hasta 1975 cuando empezaron los ansiados trabajos de reconstrucción. Hasta entonces, este templo contaba con un techo provisional con el objetivo de proteger todo lo que había en el interior.
Estas obras de reconstrucción finalizaron décadas más tarde, concretamente en 1993. Fue entonces cuando se implementó ese diseño de la parte superior que no solamente era más simple que el original, sino que también contaba con una menor altura. Sea como sea, es el diseño que conocemos en la actualidad.
En su interior, encontramos numerosos elementos que llaman poderosamente la atención. Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como Cripta de los Hohenzollern. Es allí donde están situados diversos sarcófagos que pertenecen a esta conocida familia. ¡Algo verdaderamente curioso!
Entre los detalles a destacar, no podemos dejar de mencionar su portada, que se encara al Palacio Real berlinés y al jardín Lustgarten. Tiene unas medidas aproximadas de 114 metros de largo, 73 metros de ancho y hasta 116 metros de alto. Por lo tanto, cuenta con unas dimensiones verdaderamente espectaculares, mucho más grandes que las construcciones que habían existido con anterioridad en la zona.
Cabe destacar que se erigió con el objetivo de construir un impresionante templo protestante para tratar de contrarrestar, de alguna forma, la enorme influencia que tenía la Basílica de San Pedro ubicada en la Ciudad del Vaticano. Sea como sea, esta Catedral de Berlín está construida en un lugar verdaderamente espectacular, como es cerca de la Isla de los Museos. ¡No te dejará indiferente!