FRANCIA
Viajamos hasta Francia, concretamente a Argen, para conocer la sorprendente historia que esconde la Catedral dedicada a San Caprasio.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Agen, en Francia. Allí encontramos un gran número de monumentos, construcciones y rincones de ensueño que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Cada vez son más los que se acercan a la región de Nueva Aquitania para dejarse llevar por su encanto.
Entre los numerosos edificios que llaman poderosamente la atención encontramos la Catedral de San Caprasio. También conocida como Catedral de Agen, se trata de un templo católico que se erigió en el siglo XII como una iglesia parroquial. Ese fue el inicio de lo que conocemos en la actualidad.
Debemos tener en cuenta que esta sorprendente Catedral ha obtenido el título de Monumento Histórico de Francia pero, a su vez, es uno de los bienes individuales incluidos en Caminos de Santiago de Compostela en Francia inscrito en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. ¡Nada más y nada menos!
Es importante saber que la edificación que podemos ver hoy en día de esta Catedral nos hace viajar de lleno al siglo XII. Por aquel entonces, se tomó la firme decisión de construir este templo a modo de colegiata de cánones. Lejos de que todo quede ahí, se tomó otra decisión: que estuviese dedicado a San Caprasio, un mártir nacido en Agen. No podemos dejar de mencionar que se erigió sobre los restos de una basílica que, en el año 853, fue saqueada por los normandos y posteriormente restaurada.
De hecho, a finales del año 1561 y durante las Guerras de Religión, esta construcción volvió a sufrir graves daños. Aun así, tan solo unos años después de la Revolución de 1789, este conocido templo de Agen volvió a abrir sus puertas. Lejos de que todo quede ahí, en 1801 logró hacerse con el estatus de catedral.
Esta construcción reemplazó, de forma directa, aquella antigua catedral dedicada a Saint Étienne. Recordemos que ésta fue completamente destruida durante la Revolución Francesa. Por lo tanto, la de San Caprasio, pasó a ser nada más y nada menos que la sede episcopal de la diócesis.
Entre los elementos que más llaman la atención de esta Catedral encontramos el Campanario, cuya reconstrucción se hizo efectiva en el año 1835. Respecto al interior de esta construcción religiosa, no dejan indiferente a nadie los frescos de Toulouse Jean-Louis Bézard, pintados entre los años 1845 y 1869. En ellos están perfectamente representadas escenas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Más allá de la sorprendente historia que hay detrás de esta Catedral de San Caprasio, lo cierto es que merece mucho la pena visitar Agen. Es un rincón verdaderamente único y, sobre todo, nada masificado. Si estás pensando en poner rumbo a Toulouse o a Burdeos, no dejes pasar la oportunidad de acercarte a esta ciudad. No solamente podrás dejarte llevar por el encanto de su Catedral, sino por su casco antiguo, sus monumentos y sus rincones de ensueño.