FRANCIA
Viajamos a la ciudad francesa de Toulouse para conocer el origen de su curiosa Catedral de Saint Étienne. ¡No te dejará indiferente!
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Toulouse, en Francia. Allí encontramos un gran número de construcciones y monumentos verdaderamente sorprendentes y espectaculares. Un claro ejemplo lo encontramos en la Catedral de Saint Étienne.
Para comenzar, debemos tener en cuenta que se desconocen los orígenes de esta catedral. Los primeros datos de los que se tiene constancia nos hacen viajar al año 1071. En aquel momento, el obispo Isarn ordenó que se reconstruyera un edificio que, por aquel entonces, se encontraba en ruinas. Junto a esta Catedral se encuentra nada más y nada menos que el Palacio Episcopal.
Es importante destacar que varios investigadores concluyeron que esta Catedral fue construida sobre la base de una capilla que se erigió en el Siglo III por San Saturnino, reconstruida 150 años después por San Exuperio. Es muy difícil comprobar con exactitud estos datos puesto que no se han llevado a cabo excavaciones para poder constatarlo.
Lo que es un hecho es que este templo está repleto de renovaciones, modificaciones y hasta construcciones. De hecho, hay quien la denomina como la Catedral inacabada. Ya en el siglo XIII se llevaron a cabo diversas modificaciones en los planos de la iglesia de estilo románico. De hecho en la parte meridional del templo encontramos, siguiendo el corte de las ventanas, una modificación en la altura de la construcción.
En la zona occidental, se halla un impresionante rosetón que está inspirado en el de la Catedral de Notre Dame de París. Una de las cuestiones por las que más llama la atención esta construcción es, precisamente, porque cuenta con dos partes perfectamente diferenciadas.
Por un lado, una parte románica que se encuentra en la zona de la nave y, por otro lado, la gótica que está ubicada en el coro. Éste es el doble de grande que la nave románica y el pasillo central sigue una línea que no es continua. Este impresionante proyecto comenzó en 1272, y el original sufrió un gran número de modificaciones.
No podemos dejar de mencionar que, en el año 1609, el arquitecto Pierre Levesville tomó la firme decisión de colocar una impresionante bóveda en el coro. Al fin y al cabo, el techo se había quemado como consecuencia de un incendio, por lo que había que poner una solución a la mayor brevedad posible. El proyecto inicial aseguraba que la bóveda iba a tener 40 metros de altura, pero lo cierto es que la que encontramos en la actualidad apenas llega a los 28 metros.
Lejos de que todo quede ahí, cabe destacar que Pierre Levesville también dotó a esta Catedral de Toulouse de un nuevo mobiliario, con el que se unían a la perfección los estilos barroco y gótico. Más allá de este detalle, se dio ese paso para reemplazar el antiguo mobiliario que también estaba quemado tras el mencionado incendio.
Un siglo después, concretamente en el año 1794, la campana mayor de la Catedral de Saint Étienne, conocida popularmente como la Cardailhac, fue tirada desde la parte más alta del campanario. A pesar de que habían colocado varias capas de paja para tratar de amortiguar su caída, acabó rompiéndose. Sea como sea, no podemos dejar de mencionar que el campanario románico fortificado cuenta con un carillón con hasta 17 campanas en teclado y 5 al vuelo. ¡Impresionante!
Así pues, si estás pensando en poner rumbo a la ciudad francesa de Toulouse, no dejes pasar la oportunidad de acercarte hasta la Catedral de Saint Étienne para dejarte llevar por su encanto. Podrás descubrir que, desde luego, es uno de los templos católicos más curiosos y significativos que podemos encontrar en Francia.