Europa
Cuando en 1956 Pantone comenzó su andadura creando las denominadas guías de color para empresas del sector de la cosmética, nadie pensaba que se iba a convertir en la compañía que estandarizara los colores de impresión. Pero, años después, así fue. Lawrence Herbert, químico y nuevo dueño de Pantone, decidió crear un sistema de correspondencia de color a principios de los años 60 y gracias a ello, Coca-Cola tiene su rojo, Starbucks su verde y Ferrari su característico rojo. La firma se ha convertido además en un sinónimo de diseño y su Pantone Universe comercializa multitud de productos en cientos de colores, desde sillas a fundas de móvil o incluso camisetas. En el año 2010, la compañía dio un paso más e inauguró su primer y único hotel en Bruselas, casi como si de otro producto se tratara, el más atractivo de todos. En el barrio de Saint Gilles, a solo unos pocos pasos de la Avenida Louise, la zona comercial más elegante de la capital belga, se encuentra el Hotel Pantone, una alojamiento boutique de sobrias líneas blancas que es todo un homenaje al color. El interiorista Olivier Hannaert y el arquitecto Michael Penneman han sido los encargados de dar forma a este singular proyecto con el que han conseguido revolucionar el concepto de hotel en Bruselas. El Hotel Pantone es perfecto para todos aquellos viajeros cosmopolitas que deseen conocer la cultura y la cara más urbana de la bella ciudad europea. Como algunos afirman, la vida se ve según el color con el que la mires y en el Hotel Pantone existen no uno sino siete pisos con siete paletas de color distintas. Los huéspedes pueden elegir, según la disponibilidad, el piso en el que quieren alojarse dependiendo de su estado de ánimo y del humor que tengan. Cada una de sus plantas está decorada con paredes blancas y suelos oscuros ya que en todas ellas el único protagonista es el color. En total cuenta con 59 habitaciones y suites con grandes camas, muebles de diseño y detalles que sorprenderán por su originalidad como las fotografías del artista belga Victor Levy. Todas están insonorizadas, cuentan con televisión de pantalla plana y tienen conexión wifi gratuita. En su última planta existen dos salas de reuniones para eventos o citas de trabajo y en su azotea se ha construido una magnífica terraza con bar y unas buenas vistas hacia el distrito comercial de Bruselas. Cada uno de los colores que aparecen en la infinidad de objetos que encontraremos en este hotel, están identificados con su código alfanumérico propio. Un alojamiento singular, vibrante y que conquistará a todos los visitantes con alma creativa. ¿No te gustaría dormir en una habitación de tu color preferido o decorada en un azul que inspire tranquilidad o un rojo intenso que incite a la pasión?.