Japón
A pesar de tener fama de ser una de las ciudades más modernas y tecnológicas de mundo Tokio esconde secretos naturales como sus propias bodegas.
Catar los vinos de Tokio es una de las curiosas experiencias que no te debes perder en la capital nipona y para hacerlo debes visitar los barrios de Okachimachi y Koto porque es en estas dos zonas de Tokio donde están las bodegas más famosas de la ciudad y donde podrás contratar una visita guiada con cata para descubrir unos vinos casi desconocidos internacionalmente pero cada vez más apreciados por su calidad.
BookRoad es una de las visitas obligadas si quieres acercarte a los vinos tokiotas, está en el barrio de Okachimachi y se trata de un lugar curioso porque todo el proceso de elaboración del vino se realiza en este edificio de 3 plantas, tanto la pensa y maduración de la uva como el embotellado y etiquetado; la procedencia de las uvas que se utilizan para la elaboración de este vino proceden de diferentes viñedos de Japón, puedes descubrir cuáles disfrutando de una visita guiada a esta bodega al tiempoq ue catas sus vinos blancos, tintos, rosados, espumosos, sidra e incluso vino de manzana; la cata es además muy completa porque incluye un rico maridaje con deliciosos bocados japoneses.
En el distrito de Koto está la bodega Fukagawa Winery Tokyo, un lugar curioso de visitar porque aquí podrás disfrutar de una experiencia de cata en la Sala de Cata o en el propio Restaurante de la bodega al tiempo que se observa el proceso de elaboración del vino; esta bodega tiene un punto vanguardista porque no solo utiliza uva procedente de viñedos de todo Japón sino que también crea vinos fusión propios que resultan soprendentes. Además de las visitas a la bodega y las catas en Fukayawa Winery Tokyo también podrás probar el vino servido directamente del barrio o disfrutar de sus cervezas artesanas también tiradas directamente del barril.
Tokio es una ciudad lejana aunque ahora podamos acercarnos a ella en vuelo directo desde Madrid y por eso, puestos a cruzarnos medio mundo para visitarla, merece la pena disfrutarla entera y catarla y degustarla en toda su belleza, incluso en sus bodegas.