ITALIA
Es la ciudad más poblada de la región de Campania. Se encuentra entre dos zonas volcánicas, la del Vesubio y la de los Campos Flégreos. El peso histórico de esta metrópolis italiana ha conseguido que la UNESCO declarara su centro como Patrimonio de la Humanidad. Y cuando piensas en pizzas y otras delicias gastronómicas tu cabeza sólo quiere una cosa: ir a Nápoles. Así que hoy, vamos a conocer algunos de sus imprescindibles.
Nápoles y la fe.
Hay cientos de iglesias por toda la ciudad y todas tienen algo por lo que merece la pena ser visitadas, así que será difícil escoger cuál ver. Como Duomo y su capilla de San Genaro. El santo, es un mártir que fue decapitado, una mujer recogió su sangre y se dice que ésta hoy se conserva en la catedral, el Duomo. Cada 19 de septiembre la sangre, que está seca después de tantos años, se licúa y así se produce el milagro. Si no, los napolitanos lo toman como mal augurio para la ciudad.
El Convento de las Clarisas es otro rincón imperdible. Sus azulejos decorativos representan escenas costumbristas de la vida rural, de la caza y de los campesinos. Las paredes interiores tienen frescos del siglo XVII relatando cuentos franciscanos.
La capilla de San Severo alberga al Cristo Velato de Sanmartino una espectacular escultura en la que parece que la figura estuviera recubierta por un velo. Es tan realista, que en su momento muchos pensaron que el autor realmente había hecho alguna brujería para convertir tela en mármol.
Y aunque no se trate de una religión, es algo parecido. Porque el bar Nilo tiene altares en honor a Maradona, el futbolista argentino que revolución al equipo del Nápoles y que causó verdadera devoción dentro de sus fans.
La calle de los belenes, San Gregorio Armeno, nació en el S XI. Es caótica pero vale la pena recorrerla. Nápoles era español y sus costumbre se importaron a nuestro país. Durante todo el recorrido verás miles de figuras artesanales hechas por los artistas locales, muchos tienen sus talleres en esta calle o sus alrededores.
Nápoles y la vida subterránea.
Nápoles está llena de túneles. La ciudad subterránea comenzó a excavarse antes de Cristo. Fue usada como acueducto romano, hay casa debajo de la tierra y miles de espacios que fueron usados como refugio durante la II Guerra Mundial.
Bajo tierra, pero mucho más moderno, es la línea de metro. Algunas nuevas estaciones son realmente increíbles y están pensadas como grandes espacios artísticos.
Nápoles y la música.
No se puede entender la ciudad sin comprender lo que es la pasión y la música. Los napolitanos son personas que viven intensamente y sienten de la misma manera. El legado musical viene de muchos cientos de años atrás, cuando la música no sólo servía para amenizar las liturgias de las múltiples iglesias, sino que pertenecer a uno de sus coros significaba sobrevivir y tener la posibilidad de escalar en la vida social.
Frente a la galería Umberto está el teatro de San Carlo, la casa de ópera más antigua del mundo que sigue en activo desde 1737. Además de la belleza arquitectónica del recinto, como curiosidad vemos que en todos los palcos hay espejos. Resulta llegaba a su espacio reservado todos debían ponerse de pie y si él aplaudía, los demás debían seguirlo. Y... ¿como podían saber qué hacía el Rey? los espejos apuntan todos al palco real.
Nápoles y la memoria.
El Museo Arqueológico es un punto interesante para comprender no sólo la ciudad, sino la historia nuestra. Porque contiene desde las piezas heredadas por Carlos de Borbón hasta parte del rico legado de griegos y romanos. Incluso muchos de los hallazgos de Pompeya se encuentran aquí. Como dato curioso en el Gabinete Secreto se encuentran las pinturas eróticas encontradas en las excavaciones de la ciudad oculta bajo las cenizas de Vesubio. Además de que el propio edificio es una excusa para acercarse a su puerta.
Nápoles y la gastronomía.
¡Pizza, pizza! La opción más 'emblemática' es ir comerla a Brandi, el lugar donde se creó la Pizza Margarita. Claro que comerla mirando al mar en uno de los restaurantes de la costanera es un placer que los propios locales disfrutan. Por ejemplo en el restaurante Antonio&Antonio, las pizzas además de deliciosas están alrededor de los 9€. y ¿Sabes por qué la pizza "marinera" se llama así? Su nombre se debe a que era la favorita de los marineros ya que era la más económica (sólo lleva ajo, albahaca y tomates).
Además el plato más típico son los spaghetti con salsa de tomate y albahaca. Aunque otro de los imperdibles es el ragú. Y, para los postres pastiera napoletana con sabor de requesón y naranja; y el Babà, un bizcocho con forma de hongo embebido en licor y pintado con gelatina de albaricoque.
Más. Importante también es la sfogliatella, pasta dulce rellena de requesón (ricotta), fruta confitada, vainilla y canela. Y los struffoli, una masa frita pintada con mermelada de albaricoques y adornada con confitura.
Puedes probar estas delicias en las miles de pastelerías de la ciudad, aunque si quieres darte un gusto y además conocer la cafetería más antigua de Nápoles, debes ir al Caffé Gambrinus, muy cerca de Ópera.
Nápoles y el recuerdo.
¿Qué traernos de souvenir? Tal vez quieras recordar los sabores que has probado en Nápoles, así que unas especias tradicionales pueden ser un buen souvenir. Lemoncello, es típico de esta región, todo el golfo napolitano se caracteriza por la producción de limones y chiles. Ambos puedes llevarlos a casa en diferentes formatos.
Para programar tu escapada a Nápoles y sus alrededores, puedes hacerlo a través de Iberia Express que durante el otoño-invierno tienen una frecuencia de 3 veces por semana, durante el verano pasará a 7 veces por semanas, o sea todos los días. Y los pasajes puedes encontrarlos desde 48 € por trayecto.