Recuperación en marcha
Los kabakas es el nombre con el que se conoce a los reyes de Buganda, una región de la actual Uganda que cubre parte de la ribera del lago Victoria. A finales del siglo XIX, en unas colinas del distrito de Kampala, comenzó la construcción de un imponente mausoleo que sirviera para el reposo eterno de los monarcas, un conjunto de chozas de gigantescos techos de paja al estilo tradicional, rozando incluso el suelo, que se levantaron en un espacio sagrado de 30 hectáreas.
Allí se enterraron cuatro monarcas: Muteesa I (1835–1884), Mwanga II (1867–1903), Daudi Chwa II (1896–1939) y Sir Edward Muteesa II (1924–1969). Este último, además del 35º rey de Buganda (penúltimo hasta el momento), también fue el primer presidente de Uganda tras la independencia del país de la metrópoli británica, donde se le llamaba Rey Freddie. Durante mucho tiempo se pensó, de hecho, que sería el último monarca de este pequeño reino de apenas 61 kilómetros cuadrados, pero en 1993 se restauró la monarquía con Muwenda Mutebi II, hijo y príncipe heredero del rey anterior.
Considerado uno de los lugares más especiales del país africano, la Unesco no dudó en catalogarlo como Patrimonio de la Humanidad, un título que, desgraciadamente, no pudo salvar al complejo de un importante incendio en 2010, donde se vieron perjudicadas muchas de las tumbas. Rápidamente se decidió reconstruirla, un trabajo que ha empezado a dar sus frutos el año pasado, con la financiación del Gobierno japonés y que aspira a volver a los 50.000 turistas anuales, un número de visitas récord si tenemos en cuenta que hablamos de un país alejado de los grandes circuitos internacionales.
Las tumbas reales de Kasubi se encuentran en una zona donde la mayor parte del terreno se dedica a cultivos agrícolas con métodos tradicionales. En su centro, en la cima de una colina, se alza el antiguo palacio de los kabakas, construido en 1882 y transformado en cementerio real en 1884. El Muzibu Asala Mpanga, el edificio principal de planta circular rematado por una cúpula, es el que alberga las cuatro tumbas y es un ejemplo de arquitectura africana con materiales orgánicos: madera, paja, juncos, cañas y adobe.
Con una gran carga espiritual, las tumbas de los reyes están precedidas por retratos de los mismos, así como un buen número de ofrendas que incluyen desde armas y escudos con la bandera del reino de Buganda (tres franjas verticales, azules cobalto a los lados y una central blanca con un escudo tribal que cruzan dos lanzas) a figuras y vasijas, así como medallas de honor con los que fueron condecorados en vida. Además, cada descendiente de los cuatro reyes también tenía allí su enterramiento, detrás de la capilla principal.
El trabajo de reconstrucción de las tres tumbas más dañadas se está realizando siguiendo los parámetros tradicionales, es decir, construyendo una primera empalizada circular con altos troncos de madera y, a continuación, revistiendo las paredes de adobe y paja para, finalmente, comenzar la construcción del techo, con una infraestructura capaz de distribuir los pesos para que la tumba no se venga abajo. Todo un desafío que permitirá volver a brillar a uno de los mausoleos más bonitos de África Central.
Turismo de Uganda