PERÚ
La preocupación por la huella del hombre en la tierra, especialmente por su huella de carbono, no cesa y Perú lo demuestra trabajando para borrar esa huella en su lugar más turístico, el Machu Picchu.
El Machu Picchu es una de las 7 maravillas del mundo moderno y será la primera de ellas en ser una maravilla sostenible, de hecho es ya la primera maravilla del mundo en obtener el Certificado de Carbono Neutral que otorga la principal institución mundial en materia de responsabilidad climática, Green Initiative y que su pone un claro reconocimiento de los esfuerzos de Perú para neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero también en su lugar más emblemático, el Machu Picchu. Pero ¿qué se ha hecho realmente en esta zona de Perú para haber recibido esta distinción y, sobre todo, cuáles son los objetivos cuantitativos que se persiguen?.
Los objetivos están claros, es de hecho solo uno: la neutralidad en carbono, es decir, reducir a cero la huella del carbono del Machu Picchu; no es objetivo fácil de lograr pero se han dado ya importantes pasos para lograrlo, de ahí la obtención del Certificado Carbono Neutral, y se darán más de aquí en adelante para que en 2030 las emisiones de carbono se hayan reducido un 45% y alcanzar en 2050 las ansiadas cero emisiones (neutralidad de carbono).
¿Cuáles han sido los primeros pasos para reducir emisiones de carbono? Se han desarrollado diferentes acciones para lograr la descarbonización de la zona del Machu Picchu pero hay dos de especial importancia: la instalación de una planta de tratamiento de residuos orgánicos que transforma la basura en carbón natural, el conocido como biocarbón, y la reforestación del Santuario Histórico de Machu Picchu plantando un millón de árboles.
El Machu Picchu es mucho más que un vestigio inca, es un tesoro natural y también uno de los lugares más turísticos del mundo, es una de las nuevas 7 maravillas del mundo moderno y es también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; que haya sido distinguido con el Certificado Carbono Neutral es importante no solo para Perú y para quienes están implicados en la reducción de gases invernadero y la lucha por la neutralidad de carbono sino que marca el camino hacia el que el turismo se encamina lentamente desde hace ya un tiempo, hacia el turismo sostenible.