ALENTEJO PORTUGUÉS

Mértola: el Pueblo Museo del Alentejo y el Guadiana que lo envuelve

Mértola es una villa en la comarca del Alentejo en Portugal. Se encuentra a unas dos horas de Sevilla y a hora y media de Faro, el aeropuerto más cercano.

Mértola: el Pueblo Museo del Alentejo y el Guadiana que lo envuelveImagen de Rocío Rodríguez

Mértola es una población sosegada y tranquila que ha vivido y vive pegada al Guadiana. Este río era la arteria fluvial de entrada al Alentejo interior y de comunicación con el Mediterráneo.

En Mértola hay asentamientos arqueológicos que prueban su existencia desde el Neolítico. Desde entonces allí han convivido íberos, fenicios, griegos y cartagineses, para pasar a convertirse en un asentamiento romano desde el siglo II a.C. Con la invasión musulmana la villa se transformó en uno de los puertos comerciales más importantes de intercambio con el Mediterráneo y se pueden encontrar numerosos vestigios islámicos que lo atestiguan. La reconquista se produjo en el s. XIII y la ciudad fue donada a la Orden de los Caballeros de Santiago. Fue perdiendo paulatinamente importancia durante un tiempo, para recuperarla durante los siglos XVI y XVII al convertirse en un importante puerto de exportación de cereales hacia las conquistas portuguesas de África.

Castillo y excavación. Mértola | Imagen de Rocío Rodríguez

Las huellas que han dejado todos estos pueblos se pueden contemplar a lo largo de toda Mértola. Quedan vestigios de su pasado romano, musulmán y cristiano, que se descubren y se estudian en las diversas campañas arqueológicas que se realizan en Mértola y que se exponen en los distintos núcleos museísticos que tiene la localidad y le han dado la etiqueta de Pueblo Museo. En Mértola cada rincón, cada lugar que excaves, cada edificio que veas, es un vestigio histórico, una huella del pasado.

Mértola está asomada al Guadiana y rodeada por él, sus casas son blancas y se construyen en terrazas y es una delicia pasear por sus calles adornadas con naranjos. La villa está rodeada por la antigua muralla y coronada por un castillo. Catorce museos componen el Museo de Mértola, que se nutre del trabajo de investigación que se lleva a cabo en el Campo Arqueológico de Mértola, iniciado en 1978, y es de visita obligada. Una excavación llevada a cabo lentamente y con mimo, una investigación que no puede parar porque cada vez se encuentran más tesoros que enriquecen su patrimonio.

Mértola desde el río. | Imagen de Rocío Rodríguez

Es recomendable visitar Mértola de la mano de un guía experto que, amable y amenamente, te irá enseñando las distintas capas de historia, los restos en su contexto histórico y te hará un viaje al pasado a través de su recorrido. Te llevará a ver las ruinas y las excavaciones al pie del castillo, la iglesia-mezquita de la Asunción -que no esconde su pasado musulmán-, el castillo con su torre, la muralla, las intrincadas callejuelas y las maravillosas vistas de los alrededores de Mértola. La Oficina de Turismo está en la Rúa da Igreja, 31.

Aquí se cuida el pasado y se transmite; es por ello que hay que visitar el Taller de Tejido. Adultos con experiencia y jóvenes aprendices utilizan antiguos telares para seguir creando las mantas de lana que siempre tuvieron fama. Siguen usando herramientas de hace siglos para cardar, cepillar e hilar la lana; podrás contemplar ruecas y telares de siglos atrás manejados por estas manos expertas. Los motivos de sus estampados están basados en antiguos dibujos bereberes que ellos recuperan para no perder la tradición. El Taller es además una tienda y puedes comprar alguna de estas joyas artesanas y llevarte un trocito de Mértola contigo.

Taller y rueca en el Taller de Tejido | Imagen de Rocío Rodríguez

Tras un paseo por la villa hay que reponer fuerzas en alguno de sus innumerables restaurantes. Tienes que probar la deliciosa y contundente comida alentejana regada con estupendos vinos de la zona. Un restaurante recomendado es Espaço Casa Amarela, aquí puedes degustar las exquisitas variedades de queso, la sopa de cilantro, el pulpo, el sabroso costillar de cordero, el milhojas de carne de perdiz (Mértola es famosa por la carne de caza) y como postre una sericaia de Mértola -una tarta ligera hecha con huevos y canela-. Además de degustar su cocina tradicional, con toques actuales, puedes gozar de unas maravillosas vistas de la villa y del Guadiana desde su privilegiada terraza.

Tras esta comida puedes dar un paseo en barca por el río, sus aguas plácidas son deliciosas para contemplar las vistas del pueblo, su vegetación, las aves e incluso las esquivas nutrias que se esconden a tu paso. Grupitos de patos te saludarán al pasar y se acercarán curiosos al barco. Mecerte en el barco mientras el sol tibia tu piel, y contemplar la hermosura del lugar mientras oyes el borboteo del agua, es uno de los placeres imprescindibles que no te puedes perder en esta visita. Tu guía turístico puede informarte sobre cómo contratar estos paseos.

Platos Alentejanos en Casa Amarela | Imagen de Rocío Rodríguez

Mértola es pasado, es presente y futuro, es la constatación de que se tiene que mirar hacia adelante pero siempre sin perder de vista las tradiciones, el legado de los antepasados y las costumbres de los mayores. Otra vida más plácida es posible y Mértola es un ejemplo de ello.